16/2/11

COAG reclama que Andalucía sea declarada “libre de transgénicos” y pide a la consejería una posición clara y contundente al respecto


Esta organización agraria recuerda que, al margen de su incidencia en la salud o en el medio ambiente, los transgénicos no solucionan las dificultades económicas ni agronómicas de los cultivos. Antes al contrario, crean un problema, ya que provocan rechazo en los consumidores


Ante la publicación de un nuevo listado de solicitudes para realizar ensayos con transgénicos en Andalucía, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG, reclama que la Consejería de Agricultura adopte una posición clara y contundente ante este tipo de cultivos y lidere la declaración de Andalucía como “zona libre de transgénicos”. Esta organización agraria ha ‘descubierto’ que hasta el próximo 19 de febrero está colgada en la página web de dicha Consejería la relación de solicitudes para llevar a cabo ensayos transgénicos con maíz y algodón en el territorio andaluz. Se trata de seis peticiones, presentadas por las empresas Monsanto, Bayer Bioscience y Limagrain. El listado se puede consultar públicamente, aunque no resulta fácil de encontrar, ya que está situado en el apartado de Política Agraria Común de la web de la Consejería, dentro del epígrafe Varios.

COAG Andalucía considera que el departamento que dirige Clara Aguilera no debería prestar ningún apoyo a los transgénicos, sino que tendría que hacer suya la petición para declarar a Andalucía como “zona libre de transgénicos”. En opinión de esta organización agraria, los transgénicos no son una opción para los productores andaluces, puesto que, al margen de las consecuencias que estos cultivos pueden tener en la salud o en el medio ambiente, lo cierto es que no resuelven los problemas económicos de los productores y resultan finalmente más costosos, debido al incremento del precio de la semilla respecto a las variedades convencionales, a que sigue siendo necesario aplicar productos fitosanitarios (necesidad que se incrementa al poco tiempo, porque la resistencia de las plagas se hace mayor en las sucesivas campañas, a lo que hay que añadir la aparición de plagas secundarias) y a que los rendimientos de estas variedades no muestran diferencias con respecto a las convencionales. Así está confirmado por diversas fuentes internacionales de solvencia e independencia contrastada.

Pero esta organización agraria quiere ir más allá. Es una realidad que los consumidores europeos rechazan los transgénicos, rechazo que en muchas ocasiones se extiende a cultivos convencionales procedentes de países donde se cultivan transgénicos, debido al riesgo de contaminación. Los productos agrarios andaluces tienen una clara orientación al mercado. De hecho, de los casi 10.000 millones de euros que constituyen la producción final agraria, unos 8.500 proceden del mercado. Por eso, COAG considera que no se puede poner tanto en juego, máxime cuando todo esto no sirve más que para favorecer los intereses de las pocas empresas que controlan las semillas, y que con todo esto no pretenden sino ganar más dinero a costa de provocar una mayor dependencia de los productores que se ven abocados a comprarles semillas e insumos.

Por todo ello, COAG Andalucía considera que la Consejería no debe apoyar a este tipo de cultivos y prácticas, sino que debe seguir apostando por la diferenciación basada en la calidad de nuestros productos. Una diferenciación que se ha conseguido con años de trabajo y buen hacer, con la promoción de técnicas respetuosas como la producción integrada o la lucha biológica, y con el fomento de la agricultura ecológica (incompatible con los transgénicos), en la que Andalucía es líder, con más de 875.000 hectáreas, de las cuales más de 109.000 hectáreas corresponderían a la provincia de Granada, y, como tal, goza de prestigio y reconocimiento en la UE.

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