Desde Convergencia hemos seguido con preocupación el juicio a
Carlos y a María del Carmen por los
hechos ocurridos durante la huelga del 29 de marzo de 2012. Hemos podido
constatar que se ha criminalizado la labor reivindicativa de los ciudadanos y
que en este caso, además, se les ha convertido en un mensaje a la sociedad con
una sentencia ejemplarizante.
La Audiencia Provincial de Granada confirmó la condena a tres
años de prisión que impuso en su día el Juzgado de lo Penal 1 de Granada. Poco
después, con sorprendente celeridad, el Juzgado de lo Penal 1 de Granada ha
ordenado el inmediato ingreso en prisión de Carlos C.N. y María del Carmen
B.C., condenados a tres años y un día de cárcel.
No puede entenderse que la actuación de un piquete pueda
desembocar en una condena de 3 años de prisión. El derecho penal no está
pensando para callar la voz del pueblo. Es absolutamente desproporcionado.
En los últimos meses, estamos constatando que caminamos a
pasos agigantados a un estado policial, donde el miedo es una arma del poder,
que es utilizado junto a los instrumentos represores ante cualquier
manifestación de repulsa. En lo que llevamos de democracia, nunca antes se
había hostigado a la sociedad de tal manera que se creara la sensación en la
ciudadanía que el simple hecho de ir a una manifestación en defensa de nuestros
derechos pudiera ser objeto de una sanción administrativa como poco, o como ha
sucedido a Carlos y a Carmen su ingreso en prisión.
Convergencia quiere mostrar su apoyo público a Carlos y
Carmen. Queremos lanzar un mensaje de ánimo a ellos y a su familia y amigos,
que estarán soportando este duro trance. Convergencia se suma a todos los actos
reivindicativos sociales que pongan de manifiesto esta condena desproporcionada
e inentendible.
Por último queremos lanzar un mensaje a los responsables
políticos de este País, de que podrán conseguir una "mayoría
silenciosa" pero que este no es el camino. Cuando un Gobierno emprende una
cruzada represora contra aquellos que levantan la voz en defensa de unos
derechos pierde su razón de ser.
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