10/11/15

La Guardia Civil sorprende a tres individuos que acababan de asaltar un cortijo en Ítrabo gracias a la colaboración vecinal







Gracias a la colaboración vecinal, una patrulla de la Guardia Civil de Salobreña consiguió detener ayer por la tarde a tres conocidos delincuentes de esa localidad, tres hombres de entre treinta y tres y cuarenta y tres años de edad con numerosos antecedentes policiales, inmediatamente después de que hubieran robado en un cortijo del término municipal de Ítrabo.

Sobre las 18:00 horas de ayer, un vecino que tiene su vivienda en una urbanización del Camino de los Malagueños, en el término municipal de Ítrabo, alertó a la Guardia Civil de que había visto a tres individuos merodeando por un cortijo del paraje conocido como El Perruno, y que presumiblemente estuvieran intentando robar dentro.

 La Guardia Civil envió rápidamente a la patrulla de Salobreña al mencionado paraje. Los agentes se entrevistaron con el vecino y este les  informó de la ubicación del cortijo donde había visto a los sospechosos, y que había observado que estos individuos viajaban en una furgoneta de color blanco.

Cuando la patrulla de la Guardia Civil de Salobreña dirigió sus pasos hacia el cortijo, los agentes vieron venir por el camino una furgoneta similar a la descrita por la persona con la que acababan de hablar y decidieron interceptarla. Al registrarla descubrieron que transportaba numerosos efectos de los que los tres individuos que iban dentro, a los que la Guardia Civil ya conocía porque en alguna ocasión anterior habían sido detenidos, no supieron dar una explicación convincente sobre su procedencia.

La Guardia Civil inspeccionó inmediatamente después el cortijo y descubrió que estos individuos habían utilizado una escalera para subir hasta las ventanas del piso superior, que habían forzado varias ventanas, y que por allí habían accedido al interior de la vivienda para presuntamente robar.

La Guardia Civil trasladó a los tres detenidos y los efectos recuperados hasta el cuartel de Salobreña. Poco después la propietaria del cortijo reconocía que los efectos recuperados eran suyos, denunciaba el robo que había sufrido en su cortijo y agradecía el trabajo de la Guardia Civil.

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