El delegado territorial de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, Juan José Martín Arcos, ha inaugurado la segunda fase de un proyecto piloto de orientación integrada, una iniciativa pionera en Andalucía que tiene como principal objetivo mejorar los servicios públicos de orientación tanto en el ámbito educativo como en el laboral y que se desarrolla en la provincia de Granada. Según ha recordado Martín Arcos durante el encuentro que ha mantenido con el grupo de técnicos y profesores que participan en el mismo, la orientación profesional es desarrollada desde hace ya algunos años por dos servicios públicos de orientación diferenciados, el de empleo y educación, que al mismo tiempo comparten definiciones, objetivos, recursos y destinatarios.
“Si bien, al depender de distintas consejerías, detectamos la necesidad de propiciar la cooperación y colaboración entre ambos servicios para mejorar la atención prestada a los ciudadanos”. De ahí surgió esta experiencia, que comenzó el pasado curso con la colaboración entre el Servicio de Intermediación y Orientación Laboral del SAE y el Área de Orientación Vocacional y Profesional de las delegaciones territoriales de Educación y Empleo y que arrancó con un intercambio de experiencias dirigido a diseñar un modelo de orientación vocacional y profesional integrada.
“En definitiva, lo que pretendemos con este proyecto pionero es diseñar y aplicar un sistema de orientación común que responda a las necesidades de un numeroso colectivo de ciudadanos que, tras terminar la etapa educativa de Secundaria, Bachillerato o la universitaria, deciden incorporarse al mundo laboral o de todas aquellas personas que en su momento abandonaron el sistema educativo y ahora necesitan volver a él”, ha añadido el delegado de Empleo.
Trabajar la motivación
Entre las actividades desarrolladas, a las que se ha incorporado el Centro de Formación del Profesorado (CEP) de Granada, destaca la acción formativa ‘Herramientas para la mejora del desarrollo vocacional y profesional en orientación’, cuyo objetivo es aportar los instrumentos necesarios al colectivo de orientadores vocacionales y profesionales, así como al profesorado de Educación Permanente, para mejorar su adaptación a un modelo de orientación proactivo, centrado en la motivación y en destacar y hacer visible los recursos, las capacidades y las soluciones que las propias personas beneficiarias puedan proporcionar a su desarrollo.
En la primera fase han participado 35 profesionales, entre orientadores educativos-laborales y profesores de Educación Permanente. En la segunda, que finalizará el próximo mes de junio, participarán además otros agentes-expertos que se incorporarán a la ‘comunidad de práctica’, el grupo de trabajo que se creará en esta fase con objeto de construir y aplicar el modelo de orientación común para las áreas de empleo y educación y que facilitará la mejora del servicio público.
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