Ante los asesinatos y la violencia hacia las mujeres no debe haber Neutralidad, ni Imparcialidad, es un problema social y político. Mientras sigamos con los estereotipos seguirá la violencia contra nosotras.
Pedimos a los medios de comunicación que centren la noticia en el agresor y no en la víctima, que se centren más en la sensibilización social contra esa violencia. Hay que contar lo que hace un maltratador y en el contexto en el que lo hace. Los medios de comunicación deben evitar nombrar las excusas sociales sin rigor.
Debemos tener el problema de la desigualdad entre hombres y mujeres como un asunto urgente a resolver. Debemos poner énfasis en los aspectos estructurales que persisten en mantener la dominación masculina. La socialización de los niños y niñas es fundamental para ese cambio.
Sabemos que la violencia contra las mujeres se produce por una relación de poder. Los hombres matan, humillan, faltan el respeto… porque creen que tienen permiso de la sociedad para hacerlo. No son el alcohol ni las discusiones, las causas de esta violencia machista, sino las relaciones de poder que se ejerce por parte del hombre.
El silencio es cómplice de los violentos, pero las palabras que excusan o tergiversan la realidad lo son aún más.
Hay un aumento de mensajes sobre los estereotipos que cosifican a la mujer. Estos mensajes nos llegan a través de: la publicidad, las series televisivas, las películas y las propias noticias sobre los asesinatos a mujeres.
Unos estereotipos cuya consecuencia se evidencia en que nos devuelve mujeres asesinadas, si mujeres asesinadas, mujeres violadas, mujeres maltratadas psicológicamente.
Podemos elegir, si cambiamos esto, o seguimos alimentando a la bestia.
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