La violencia contra las mujeres, constituye un atentado contra el derecho a la vida, a la seguridad, a la libertad y a la dignidad de las mujeres, es decir, a los derechos humanos, y por lo tanto un obstáculo para el desarrollo de una sociedad democrática e igualitaria. Es una realidad palpable en todo el territorio nacional. Casi con una frecuencia diaria, los medios de comunicación relatan algún episodio de violencia de género, la mayoría de las veces con resultado de asesinato u homicidio.
A
pesar de existir normativas y un gran avance en el tratamiento ante estas
situaciones de violencia, todavía es una realidad silenciada y oculta.
Cuando
una mujer se enfrenta a la decisión de poner una denuncia por malos tratos a su
pareja o expareja, se encuentra ante un dilema de difícil solución. Por un
lado, el sentimiento de culpa al pensar que va a hacer daño a una persona a la
que por otro lado piensan que quieren. Por
otro lado, debemos sumar la incertidumbre de iniciar un proceso oscuro
del que desconoce todo, y que comienza habitualmente tras una agresión. En esos
momentos sin ser conscientes de la importancia de su decisión, comienzan un
camino en el que se encuentran solas y más perdidas que nunca, en el que se enfrentarán al trato con la administración,
al desconocimiento del medio y de un lenguaje técnico e inaccesible, a los
plazos, la censura y el cuestionamiento social y un largo etcétera.
La administración no tiene
recursos activos para el acompañamiento de estas mujeres. Como problema social estamos llamados a
combatirlo y erradicarlo.
Desde octubre de 2015
varias mujeres y hombres
construimos un proyecto asociativo, denominado Damos la cara contra la violencia
de género, cuya finalidad principal es: aportar un granito de arena, en
la deconstrucción del sistema patriarcal, acompañar a las mujeres victimas cuando salen del ciclo
de la violencia y colaborar en la construcción de una sociedad libre de
violencia, contra las mujeres y en paz.
Fruto
de la colaboración de este grupo, diverso y plural, nace la Red
de apoyo a mujeres víctimas de violencia de género, que estos días nos
lleva a recorrer todo Motril, para dar a conocer una herramienta más, una
herramienta que puede ser utilizada a demanda de las víctimas que lo soliciten,
de una manera directa a través de los distintos canales de derivación.
De
esta forma, se evitará a esas mujeres enfrentarse solas a un proceso oscuro y aterrador, en el que su
poder de decisión está mermado por las circunstancias personales, familiares e
institucionales en las que se ven
inmersas.
Agradecemos a las farmacias de Motril, a los comercios y lugares de
ocio, el acogimiento y colaboración que nos prestan.
Gracias por hacer visible y posible, nuestro proyecto, cada paso dado es
un beneficio para ellas, las víctimas de violencia de género.
#BastaYa
#NosQueremosVivasYLibres.
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