El éxito del programa de reintroducción ha sido reconocido
por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente que le
ha otorgado el Premio Nacional Ciudad Sostenible
El responsable de Medio Ambiente, Antonio Escámez, informaba
que el 2018 ha sido un gran año para la Charca de Suárez. El proyecto de
reintroducción de la focha moruna, iniciado hace cinco años, se ha consolidado
plenamente y “ha convertido a nuestra charca en uno de los escasos santuarios
donde esta especie se reproduce en toda Europa”.
Escámez subrayaba que los datos no pueden ser más
satisfactorios: este año, 6 parejas reproductoras han conseguido sacar adelante
12 nuevos pollos, elevando la población a 29 ejemplares en la Reserva Natural
Concertada Charca de Suárez, lo que supone casi una cuarta parte del total de
parejas reproductoras en nuestro país.
“El éxito del programa de reintroducción ha sido reconocido
por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente que le
ha otorgado el Premio Nacional Ciudad Sostenible en su categoría de
colaboración público privada” indicaba Antonio Escámez.
Precisamente este magnífico resultado ha determinado que,
desde el Ayuntamiento de Motril “hayamos solicitado a la Consejería de Medio
Ambiente de la Junta de Andalucía la ampliación del programa de reintroducción
a otras especies en peligro, en concreto al Porrón pardo, otra ave amenazada
que visita el humedal motrileño en la temporada de invierno pero que no ha
llegado a reproducirse en él”, manifestaba el teniente de alcalde de Medio
Ambiente.
En la actualidad, la Charca de Suárez alberga un total de
153 especies de vertebrados en sus escasas 14 hectáreas de extensión, lo que
hace de él un punto caliente de biodiversidad de la provincia donde se
encuentran numerosas especies protegidas.
Una de ellas es el pequeño fartet, uno de los pocos peces
autóctonos de los ríos mediterráneos que se encuentra en peligro de extinción.
En Andalucía, solo se localiza en algunos lugares de Almería, donde sobrevive
bajo numerosas amenazas. El programa de reintroducción iniciado este año en la
Charca de Suárez, ha permitido su reproducción en una laguna controlada desde
donde se distribuirá al resto del espacio natural en los próximos años.
Antonio Escámez apuntaba que todos estos éxitos “son
posibles gracias a la implicación de los empleados municipales que gestionan el
humedal y a la dinámica red de voluntarios y voluntarias que desarrollan sus
actividades en él y que suman casi un centenar de personas que colaboran en su
mantenimiento e investigación, realizando censos de aves, anfibios, reptiles,
mariposas o rapaces nocturnas”.
Este año, una de las acciones más importantes ha sido la
construcción de un tortuguero que ha permitido trasladar y dar hogar a más de
50 tortugas moras procedentes de los centros de recuperación de especies
amenazadas de Andalucía.
Escámez, para finalizar, ponía de relieve que la charca es,
así, “mucho más que un espacio natural, es un lugar de participación y
colaboración ciudadana que recibe más de 10.000 visitas anuales y que atesora
uno de los bosques más singulares de nuestro país: el Bosque De La Vida,
constituido por más de 1000 árboles plantados durante los 12 últimos años por los
niños y niñas nacidos en Motril”.
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