26/7/05

Las personas sin habilidad emocional tienen mayor tendencia a caer en conductas de riesgo

La educación en el desarrollo de habilidades para la percepción, comprensión y regulación de las emociones es una herramienta muy útil para la prevención de trastornos psicopatológicos, según indicó esta mañana en Almuñécar el profesor del Departamento de Psicología Básica y del Laboratorio de Emociones de la Universidad de Málaga Pablo Fernández Berrocal, que habló sobre la inteligencia emocional en el curso del Centro Mediterráneo de la UGR ““Psicología positiva: la felicidad como comportamiento inteligente”.
Para Fernández Berrocal, “lo ideal sería que desde la escuela existieran programas de educación o de entrenamiento emocional para evitar conductas de riesgo como el consumo de drogas, el alcoholismo o el tabaquismo”. Según el profesor de la UMA, al margen de los programas específicos para informar de los efectos del consumo de estas sustancias, es necesaria también una formación emocional para saber enfrentarse al mismo, pues “mientras las personas con habilidades emocionales son capaces de controlarlo, quienes carecen de ellas tienen mayor tendencia al mismo y a quedar atrapadas en él”. Para desarrollar y entrenar estas destrezas emocionales, existen programas educativos que han sido implantados con éxito en Estados Unidos y que están empezando a integrarse también ahora en nuestro país.

Arquitectura de la felicidad
Según señaló el profesor Fernández, un cincuenta por ciento de nuestra capacidad de sentirnos felices viene determinada por nuestra propia genética, un diez por ciento por las condiciones de vida y factores accidentales que no podemos controlar, y el 40% restante por nuestras actividades intencionales, es decir, lo que hacemos a lo largo de nuestra vida. Para Fernández Berrocal, “la inteligencia emocional es clave a la hora de entender las actividades intencionales de las personas, especialmente en las relaciones personales, por lo que puede ser una herramienta muy útil para la búsqueda de la felicidad”. El término “inteligencia emocional” fue popularizado a mediados de los años noventa, con la publicación del libro de título homónimo de Daniel Goleman, y del que sólo en España se han vendido hasta la fecha trescientos mil ejemplares, y en el resto del mundo más de seis millones. Para Fernández Berrocal, la clave del éxito de esta obra es que trataba de dar respuesta a la paradoja que vivimos en el mundo occidental, donde la asociación de la inteligencia al éxito profesional y personal no se corresponde con la realidad. La clave no hay que buscarla en esa inteligencia, sino en la inteligencia emocional que “es la capacidad para percibir, reconocer, comprender y regular nuestras emociones y las de los demás”.

Regular las emociones
Según indicó el profesor de la universidad malagueña, “la cúspide de la inteligencia emocional es la regulación consciente de las emociones”. Esa regulación ayudaría a la prevención de trastornos como la alexitimia, una psicopatología consistente en la incapacidad de algunas personas de saber cómo se sienten. En este trastorno, de cada diez casos que se dan, nueve los padecen hombres, ya que se trata de una alteración relacionada con la tradición cultural de la represión de las emociones en el género masculino. Otras psicopatologías, sin embargo, están más vinculadas al género femenino por otros factores culturales, como en el caso de la bulimia o la anorexia. La cultura tiene un gran peso en la expresión de las emociones y, como señala Fernández Berrocal, “los seres humanos venimos biológicamente muy preparados para percibir las emociones por una cuestión de supervivencia. Más que seres racionales, somos seres emocionales”. Por eso, la represión de las emociones tiene costes fisiológicos y mentales muy altos, y son la causa de muchos problemas psicosomáticos.
El Laboratorio de Emociones de la Universidad de Málaga en el que trabaja el profesor Fernández Berrocal desarrolla varias líneas de investigación en este sentido y ha publicado hasta la fecha dos libros relacionados con la inteligencia emocional: “Corazones inteligentes” y “Desarrolla tu inteligencia emocional”, un manual que pretende servir de herramienta práctica para ejercitar la percepción, comprensión y regulación de las emociones.

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