Me gusta la iniciativa de Schuster. Que los chavales del Castilla coman, charlen y toquen con sus manos a los cracks del primer equipo. Menos la hermosura, todo se pega. Los anfitriones más ilustres de la convivencia de ayer en Valdebebas fueron Van Nistelrooy, Robben y Salgado. Tipos con muchas cosas que contar a estos imberbes con proyección pero sin muescas en su revólver. Bueno, existe una excepción. En el Castilla hay un killer llegado desde Motril llamado José Callejón, pichichi del Grupo I de Segunda B con 17 goles. El 11 de febrero cumplió 21 años. Di Stéfano habla de él maravillas (y de su hermano gemelo Juanmi, nacido ocho minutos antes). Callejón llegó a la comida con los primeros platos ya servidos por Chechu, el cocinero contratado este año para que a los muchachos no les falte de ná. Al irrumpir, hasta Ruud le aplaudió bromeando por su feliz debut con la Selección Sub-21, marcando un gol de pillo a Kazajistán en Antequera.
La acción fue clavada a la del Madrid-Valencia entre Higuaín y Hildebrand. Pero esta vez, Callejón porfió por el rechace y fusiló a Shabanov. Soy muy higuainista, pero el argentino tiene un año menos que Callejón. O sea, que puestos a probar, creo que va llegando la hora de pedirle a mi amigo Pedja que se la juegue por fin con la cantera. Es un consejo y una súplica a la vez...
Le recuerdo a Mijatovic que en tiempos de renovación de la plantilla (eso lo ha hecho perfecto hasta la fecha), el Madrid tiró de tres o cuatro canteranos para ilusionar al Bernabéu, al cuerpo técnico y a los propios veteranos del primer equipo. Van Nistelrooy dio ayer la mano a Dani Parejo porque sabe que algún día lo mismo saca esa foto y le pide un autógrafo a este talentazo de Coslada (18 añitos). Callejón, Parejo, Granero, De la Red o Negredo inocularían sangre joven como en su día hicieron Raúl, Iker y Guti. ¿Me equivoco?
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