19/10/09

Éxito de la I ruta de la Chirimoya motrileña


“¿Cuánto tarda en dar beneficios la chirimoya?, ¿cuánto cobran los trabajadores del campo?, ¿cómo se comercializa el producto y a cuanto se paga?. Estas y otras muchas cuestiones fueron lanzadas al agrónomo de MercoMotril y al responsable de telechirimoya los 20 agricultores y técnicos brasileños, que inauguraron la ruta de la chirimoya de Motril y que despidieron la Costa con un dulce sabor y más de una anotación en sus cuadernos de viaje.”

Miguel Ángel Sillero se siente más que satisfecho del éxito de esta primera ruta turístico-comercial, ya que es posible que surjan relaciones empresariales entre Motril y Brasil, que comenzó a las 11 de la mañana y se prolongó hasta las siete de la tarde, momento en el que grupo de agricultores brasileños fueron a la capital granadina ha disfrutar de una zambra en el sacromonte y de una visita de la Alhambra al día siguiente.

“La colaboración de MercoMotril ha sido clave para el éxito de esta ruta. Visitamos un campo de chirimoyas con el santuario de la Virgen de la Cabeza al fondo y en donde acribillaron a preguntas técnicas al perito agrónomo que la comercializadora motrileña había puesto a disposición de telechirimoya para la ruta, después visitamos una corrida de frutas en Puntalón (Nora) y tras el almuerzo en un popular restaurante , de la la playa de Motril, se visitaron las instalaciones de MercoMotril”, enumera Sillero que está viendo en la chirimoya todo un filón para la Costa Tropical y sus empresas.

Los agricultores son de la zona de Sao Paulo y Minas Gerais de Brasil y sus plantaciones tienen una media de unas 1.400 hectáreas en donde principalmente cultivan productos como patatas, pero con intención de analizar otros productos.

Además de recibir amplia y detallada información sobre todo el proceso que envuelve al emblemático chirimoyo, desde temas como los mecanismos para evitar plagas, el tipo de riego, la producción por árbol, el envasado, la comercialización, los precios finales y otras muchas áreas sintieron especial interés en el proceso de manipulación y envasado que se realizan en las instalaciones de MercoMotril donde lanzaron miles de fotos con las que intentaban capturar el más mínimo detalle.

Curiosamente uno de los agricultores, reveló que era descendiente de motrileños, concretamente de tabloneros que emigraron a Brasil en 1952.

Miguel Ángel Sillero considera que el aprovechamiento de los recursos propios de la zona, como en este caso la chirimoya o el propio clima, deben ser la base de otro modelo de turismo más exclusivo y complementario al tradicional y clásico de Sol y Playa. “Nosotros tenemos lo mismo que el resto de España, pero además tenemos el clima que nadie más disfruta y gracias al clima tenemos productos como la chirimoya o la caña de azúcar y gracias a estos otros subproductos como el ron de Motril, en definitiva, tenemos que empezar a desenterrar el tesoro que ha estado oculto tanto tiempo.”

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