Hoy,
8 de marzo, celebramos el Día Internacional de la Mujer a tan sólo nos días de
que tenga lugar la 62ª Sesión de la Comisión sobre la Condición Jurídica y
Social de la Mujer en la sede de la ONU en Nueva York en la que se abordará
como tema prioritario los “Desafíos y oportunidades en el logro de la igualdad entre los
géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas rurales” y con la
vista puesta en el cumplimiento de los Objetivos igualdad entre mujeres y
hombres enmarcados en la agenda 2030.
El Día Internacional de la
Mujer es la mejor ocasión para celebrar los logros conseguidos a lo largo de
estos doce meses, pero sobre todo, para analizar qué queda por hacer.
Entre los grandes éxitos
de este año hemos de destacar la ratificación del Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Este acuerdo es un sí
histórico a las mujeres ya que hablamos de un pacto
que lanza un potente mensaje: “salid de la violencia porque es posible una
nueva vida”.
Sin embargo, y aunque
seguimos avanzando en materia de violencia de género e igualdad de
oportunidades, aún estamos lejos de alcanzar los objetivos idóneos.
Actualmente la brecha
salarial que divide a hombres y mujeres en España se sitúa en el 14%, cifra que
es mayor en las categorías mejor remuneradas y puestos de mayor responsabilidad.
Además, la presencia de mujeres en los
consejos de Administración de las empresas del Ibex 35 apenas roza el 21’5%. En
puestos de dirección y gerencia hay un 68’8 por ciento de hombres frente al
31’2% de mujeres que ocupan los cargos.
Estas circunstancias son
inadmisibles. Como parte de un mundo globalizado es necesario que tomemos
conciencia de la discriminación que sufren las mujeres que son la base del
tejido social.
La lucha por alcanzar la
igualdad real de oportunidades en materia de género y superar la
estigmatización que, la mitad de la población mundial sufre por su propia condición
ha de ser prioridad en la agenda política de cualquier Estado de derecho. Sin
duda, erradicar este tipo de discriminación es uno de nuestros principales
retos, como también lo es la incorporación de la mujer al mercado laboral en
todas las áreas, incluidas aquellas con una alta tasa de masculinización,
especialmente en el mundo rural. Romper la cultura
patriarcal es esencial. Hay que recordar que el 56% de empleo en el medio rural
lo crean las mujeres que han sido hasta ahora invisibilizadas pero que gracias
a AFAMMER hoy, tienen voz y representación en los principales foros nacionales
e internacionales.
Por ello, desde AFAMMER en este 8 de marzo
pedimos:
o
Que España, siga liderando el compromiso con la
igualdad de oportunidades y en contra de la violencia como ha demostrado con la
firma del primer Pacto de Estado Contra la Violencia de Género.
o
Que el Gobierno de España continúe fomentando la
participación y el empoderamiento de las mujeres y emplee todos los mecanismos
legislativos disponibles para erradicar la lacra de la brecha salarial, que afecta
gravemente a la sociedad y paraliza el progreso del país.
o Que la
comunidad internacional ponga todos sus esfuerzos en el cumplimiento de la
Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, y que se primen y
prioricen todas aquellas acciones destinadas a incrementar el empoderamiento de
las mujeres en el mundo, sobre todo en aquellas áreas más desfavorecidas y
azotadas por sistemas políticos autoritarios y represivos.
o Que la comunidad internacional
continúe promocione los derechos de las mujeres rurales y trabaje porque la
participación de la mujer en los medios de difusión y las tecnologías de la
información y las comunicaciones, y el acceso de la mujer a ellos, así como sus
repercusiones en el adelanto y la potenciación del papel de la mujer rural y su
utilización sean un hecho en nuevo año.
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