29/11/07

El 100% de las personas tiene en su organismo, al menos, un tipo de pesticida, que ingiere a través del aire, el agua o la comida

Un estudio realizado por investigadores del Departamento de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada, en colaboración con la Escuela Andaluza de Salud Pública, ha revelado que el cien por cien de los españoles presentan en su organismo, al menos, un tipo de compuestos orgánicos persistentes (COP's), sustancias declaradas internacionalmente como potencialmente peligrosas para la salud y que entran en el cuerpo humano a través de los alimentos, del agua o incluso del aire. Todas ellas comparten su capacidad de bioacumularse en los tejidos grasos del organismo y su fácil incorporación al mismo por las vías señaladas.

El trabajo, cuyo autor es Juan Pedro Arrebola Moreno y que ha sido dirigido por los profesores Piedad Martín Olmedo, Nicolás Olea Serrano y Mariana F. Fernández Cabrera, pretendía conocer las concentraciones de ciertos Compuestos Orgánicos Persistentes (COP’s) en una muestra de población adulta proveniente de dos zonas, una urbana (Granada capital) y otra semi-rural (Motril), y cuáles son los factores determinantes de dichos niveles, tanto dietéticos, como de estilo de vida, ocupacionales o de residencia.

Para la realización de esta investigación se reclutaron 387 personas adultas, de ambos sexos, que iban a ser intervenidas en los servicios de cirugía de los dos hospitales participantes (los Hospitales Santa Ana de Motril y San Cecilio de Granada). Una vez que las personas daban su consentimiento, y aprovechando la intervención quirúrgica, se les recogía una muestra de tejido adiposo (grasa) y se les realizaba un cuestionario epidemiológico donde se recogía información acerca del lugar de residencia, estilo de vida, hábitos alimentarios y ocupaciones a lo largo de la vida.

Análisis de 6 COPs

Así, los investigadores analizaron las muestras y midieron los niveles de 6 COP’s distintos: DDE, principal metabolito del DDT (pesticida usado en España hasta la década de los 80); Hexaclorobenceno, un compuesto que fue usado como fungicida y que actualmente se libera en procesos industriales; PCB’s: compuestos relacionados con procesos industriales; y Hexaclorociclohexano, usado como insecticida y que actualmente se utiliza en el tratamiento de la sarna y de la pediculosis

El estudio realizado en la UGR concluye que el 100% de los sujetos analizados presentaba en su organismo DDE, sustancia prohibida en nuestro país, seguido de otros componentes igualmente muy frecuentes como PCB-153 (presente en el 92% de las personas), HCB (91%), PCB-180 (90%), PCB-138 (86%9) y HCH (84%).

Juan Pedro Arrebola Moreno señala que las mujeres presentan sustancias tóxicas en niveles superiores que los hombres, mientras que los sujetos de mayor edad superan con creces a los jóvenes, “debido posiblemente a su elevada persistencia en el medio, lo que les confiere un gran potencial de biomagnificación en la cadena trófica y bioacumulación a lo largo del tiempo”. Además, según el científico, para explicar las cantidades elevadas de estos compuestos en las personas mayores también existe otra teoría llamada ‘Efecto Cohorte’. “Consiste en que los sujetos que nacieron en una época en la que existía mayor contaminación por estos compuestos, parten de una carga corporal superior a los que nacieron en épocas posteriores en las que existían las restricciones vigentes”.

La dieta, fundamental

Además, esta investigación pone de manifiesto que la dieta es un factor determinante sobre las concentraciones de COP’s, ya que el consumo de algunos alimentos, especialmente los de origen animal y con alto contenido en grasa, provoca una mayor presencia de estas sustancias tóxicas en el organismo.

El autor refiere que “existen muy pocos trabajos en España que midan niveles de COP’s en grandes muestras de población por lo que los niveles de algunos compuestos en la población general son desconocidos”. Por lo tanto, este estudio sirve para mejorar el conocimiento de dichos niveles, así como para identificar posibles grupos de población con mayor riesgo de estar expuestos, lo que sirve de punto de partida para estudios de seguimiento que exploren relaciones causa-efecto.

Esta investigación forma parte de un proyecto subvencionado por el FIS (Fondo de Investigaciones Sanitarias) y por la Junta de Andalucía, y en ella participan, además de la Universidad de Granada, la Escuela Andaluza de Salud Pública, y los Hospitales Santa Ana de Motril y San Cecilio de Granada.

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