Los técnicos de protección de la salud del Área de Gestión Sanitaria Sur de Granada realizan análisis periódicos en un total de 29 playas del litoral
Las aguas de baño de todas las
playas granadinas mantienen unas adecuadas condiciones sanitarias, según el
último informe elaborado por la Consejería de igualdad, Salud y Políticas
Sociales sobre el estado del litoral granadino correspondiente a la segunda
quincena de junio. Este estudio se basa en los análisis realizados por los
técnicos de protección de la salud del Área de Gestión Sanitaria Sur de Granada
en las 29 playas censadas en la provincia, correspondientes a nueve municipios.
La Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales ha vigilado en
el conjunto de la comunidad autónoma un total de 342 puntos de muestreo en 257
playas de 61 municipios. Las muestras de agua han sido analizadas para
determinar los diferentes parámetros exigidos por la normativa vigente, como
los microbiológicos, transparencia, color, aceites minerales, presencia de
espumas persistentes y sólidos flotantes.
En concreto, las 29 playas de Granada son aptas para el baño
presentando 26 (90%) unas condiciones sanitarias excelentes y sólo tres (10%)
han sido calificadas de buenas, es decir se encuentran dentro de los niveles de
calidad establecidos y, por tanto, todas son aptas para el disfrute del baño.
El delegado territorial en la provincia de Granada, Higinio Almagro,
ha acompañado esta misma mañana a las personas responsables de realizar estos
análisis en la zona de Playa Granada (Motril), quienes le han explicado
pormenorizadamente los detalles del Programa de Vigilancia Sanitaria de las
zonas de baño de carácter marítimo (playas) y de carácter interior (ríos,
pantanos...), puesto en marcha por la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas
Sociales de la Junta.
Programa de vigilancia
El programa de vigilancia de la calidad de las aguas de baño facilita
poder desarrollar actuaciones, dirigidas a la protección y la información de
los usuarios, de forma ágil. Con la información recabada, se elaboran informes
quincenales sobre el estado sanitario de las aguas de baño, tanto marítimas
como de interior, que los ciudadanos pueden consultar en la web de la
Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales.
Dentro del programa se realiza un seguimiento analítico de las aguas
de baño, actuaciones sanitarias en casos de incidencia, limitaciones de uso
(prohibición de baño, clausura de playas...), coordinación con los
ayuntamientos y la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural,
facilitándose información pública a la ciudadanía así como una evaluación anual
de la calidad de las aguas de baño.
Higinio Almagro ha recordado que los ayuntamientos son "los
encargados de mantener las condiciones de limpieza y salubridad de las zonas de
baño, de colocar carteles informativos con las características,
infraestructuras y medidas de seguridad, de vigilar los posibles puntos de
vertido cercano para evitar riesgos y adoptar las medidas de gestión que le
requieran las administraciones sanitarias y ambiental".
Prevención de los Efectos de las Temperaturas Excesivas
El delegado territorial ha hecho referencia también al Plan Andaluz
para la Prevención de los Efectos de las Temperaturas Excesivas sobre la Salud
por el que más de 186.000 personas usuarias del servicio de Teleasistencia en
todas Andalucía (143.204 mujeres y 43.694 hombres) tendrán acceso a la
información y recomendaciones sobre el calor a través de Salud Responde con el
fin de prevenir los efectos de las altas temperaturas en las personas mayores
de 65 años, dependientes y con alguna discapacidad.
La finalidad de este Plan que la Junta de Andalucía activa cada año es
minimizar las consecuencias que el calor pueda tener sobre los colectivos más
vulnerables, como son las personas mayores, pacientes crónicos, personas con
trastorno mental grave, menores de 4 años (especialmente lactantes) y personas
que trabajan expuestas al sol.
Desde 2004, el Servicio Andaluz de Salud tiene establecidas diversas
líneas de trabajo con las enfermeras de atención primaria y atención
hospitalaria, así como de los dispositivos de Salud Mental, para hacer frente,
de manera efectiva, a los problemas de salud derivados de las elevadas
temperaturas.
Las personas identificadas como población de riesgo son, en su
mayoría, personas mayores de 65 años, pacientes frágiles que viven solos, cuyo
estado de salud está debilitado por padecer alguna patología crónica de alta
morbilidad (insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica,
demencia, trastorno mental grave, insuficiencia renal, obesidad excesiva,
hipertensión arterial o diabetes mellitus) y/o que tomen un medicamento que
pueda influir en la adaptación del organismo al calor (psicotropos,
antidepresivos, hipotensores y diuréticos), a lo que se suma en muchos casos no
disponer de condiciones de habitabilidad adecuadas en sus viviendas para
protegerse del calor.
El verano pasado, se incluyeron 6.684 personas (434 de ellas en
Granada) en situación de riesgo para el seguimiento telefónico de Salud
Responde, con un mayor número de llamadas realizadas durante los días que hubo
alertas de calor. De ellas, un 42% vivían solas y, de éstas, el 83% no tenía a
nadie con quien contactar en caso de necesitar ayuda. Las que residían con otra
persona mayor de 65 años representaban el 24% y las mujeres constituían el sexo
mayoritario, concretamente el 69%, con una edad media de 81 años.
Recomendaciones en verano
Almagro ha enumerado las recomendaciones básicas que tiene que tener
en cuanta la población, como son evitar las horas más fuertes de sol, salir con
protección (tanto con ropas ligeras y de color claro, sombreros y protección
solar), ventilar las estancias, bajar persianas y puertas durante las horas de
temperaturas más elevadas, mantener un buen nivel de hidratación, conservar
adecuadamente los alimentos, moderar los ejercicios que exijan mucho esfuerzo
físico en las horas centrales del día, etc.
Para evitar la
picadura de mosquitos es aconsejable la colocación de telas mosquiteras, usar
ropa que cubra la piel, apagar las luces cuando se tengan abiertas las
ventanas, mantenerse lejos de espacios con agua estancada sin tratar, usar
repelentes contra mosquitos en las zonas en las que estos más abunden y en las
horas de la caída de la tarde o durante la noche y, de utilizar insecticidas o
difusores eléctricos antimosquitos, airear bien las habitaciones.
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