13/2/06

Los españoles prefieren el pago en efectivo a las tarjetas de crédito, pese a que éstas se han duplicado en los últimos diez años



A principios del año pasado existían en nuestro país más de 61,7 millones de tarjetas de débito y crédito, según un artículo elaborado por los profesores de la Universidad de Granada Santiago Carbó Valverde y Francisco Rodríguez Fernández

En diciembre de 2005, las entidades procesadoras de pagos con tarjeta y las asociaciones de comerciantes llegaron a un acuerdo por la reducción progresiva de las tasas de intercambio en un horizonte de cinco años



España es el país europeo con la mayor red de cajeros automáticos (cerca de 56.000 a comienzos de 2005), y terminales de punto de venta (más de un millón). En nuestro país existen más de 61,7 millones de tarjetas de débito y crédito, si bien el grado de difusión de su uso es uno de los grandes retos pendientes de la industria financiera en España y en Europa. Así se desprende del artículo ‘Pagos con tarjeta, tasas de intercambio y comisiones de servicio: algunas implicaciones económicas para España’, elaborado por los profesores de la Universidad de Granada Santiago Carbó y Francisco Rodríguez, en colaboración con Anthony Saunders, de la Universidad de Nueva York, y publicado en ‘Papeles de Economía Española’, de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).

El trabajo arroja datos de enorme interés para la economía española, como que siguen predominando las retiradas en efectivo de los cajeros (22 transacciones por habitante a finales de 2004) frente al uso de las tarjetas en los puntos de venta (16,9 transacciones por habitante). Según los autores, tradicionalmente las tasas de intercambio en España han sido relativamente más altas que en Europa, a pesar de haber caído bastante desde 1999 (el nivel máximo se situó en el 3,5% en 1999).

Este hecho se explica, fundamentalmente, por el menor grado de difusión de estos medios de pago respecto al efectivo en comparación con otros países de nuestro entorno. La reducción de las tasas de Intercambio redunda, asimismo, en la de las tasas de descuento que se cobran a los comerciantes. En diciembre de 2005 las entidades procesadoras de pagos con tarjeta y las asociaciones de comerciantes llegaron a un acuerdo por la reducción progresiva de las tasas de intercambio en un horizonte de cinco años, estando ya fijada su reducción hasta 2008, cuando la tasa media será del 0,70%.

En España el número de tarjetas provistas con una función de efectivo casi se duplicó entre 1996 (33.189.000) y 2004 (63.027.000). El número de transacciones por cajero automático, sin embargo, descendió durante el mismo período (de 19.121 en 1996 a 16.336 en 2004), aunque el volumen de las transacciones aumentó de 582 millones de euros a 905 millones de euros (un incremento neto del 55,5%).

Curiosamente, señalan los investigadores, durante el mismo período, el número de cajeros aumentó aún más, de 30.437 a 55.399 (un incremento neto del 81,8%). Es de destacar que el valor medio de las transacciones realizadas en cajeros automáticos aumentó de 38,5 euros en 1996 a 44,1 euros en 2004.

La evolución de las cifras permite concluir a los autores que el uso de tarjetas, tanto a corto como a largo plazo, tiene un efecto positivo en el consumo. Por el contrario, en su trabajo también muestran que el efecto positivo del consumo en el uso de tarjetas es mucho menor. En segundo lugar, las comisiones cobradas a comerciantes se reducen de manera significativa con el consumo. Finalmente, existen importantes diferencias entre los sectores y las provincias en el nivel de uso de tarjetas y en los efectos para la fijación de tasas.

Los resultados de este estudio parecen apoyar el actual sistema de fijación de precios en España, donde la determinación colectiva parece haber beneficiado a los consumidores mediante la reducción de tasas (una vez que se haya logrado un cierto nivel de uso de tarjetas), y también a los comerciantes, incrementando la tasa de crecimiento de sus ventas.


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