La compañía Teatro del Velador presentó, el pasado sábado en el Calderón, su espectáculo de teatro y danza ‘El Patio’, una historia simple: un día en la vida de cinco internas en una Institución, que no en un penal, sino en la nueva sociedad de vigilancia en la que vivimos.
En ella no se degrada el cuerpo, sino la honra; y lo que anonada no es el dolor increíble, sino la captura del propio tiempo. En este “patio”, los cuerpos son controlados y manejados por una serie de disciplinas.
En forma de rítmica repetición, se ingresa al cuerpo, restableciendo pautas normativas que colaboran a la readaptación social del individuo, cuyo desorden existencial lo llevó a una confrontación de valores en la que resultó peligroso.
La disciplina en términos extremos prescribe un orden de sucesión a los movimientos y este orden señala, para cada uno de ellos, una dirección, una exclusión y una amplitud. El objetivo es que el tiempo penetre en el cuerpo y con él entren los controles minuciosos del poder.
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