Teresa Morales comparte con la comunidad rumana una de sus celebraciones litúrgicas más importantes

La concejala de Inmigración del Ayuntamiento de Motril, Teresa Morales Moreno, asistió el pasado sábado a la parroquia de San Antonio, donde fue invitada por la comunidad rumana residente en nuestra ciudad para compartir la celebración de la Pascua de Resurrección, una de las celebraciones litúrgicas más importantes del calendario ortodoxo, por encima, incluso, de la Navidad.

Teresa Morales ha mostrado su sincero agradecimiento hacia este gesto que, asegura, le ha dado “la oportunidad de presenciar el respeto por la fe desde el punto de vista de una religión que profesa la mayoría del colectivo rumano en Motril, y que también es seguida por otros residentes, como búlgaros, rusos o ucranianos”.

La misa fue oficiada por Catrinescu Soria, y en ella no faltaron elementos tradicionales como el incienso, huevos pintados, pan mojado en vino y, sobre todo, luz. Y es que, si bien la iglesia católica celebró hace más de un mes la Semana Santa, los ortodoxos siguen cumpliendo esta tradición dentro del calendario juliano, en lugar del gregoriano, lo que motiva que, salvo excepciones, las fechas en ambos cultos no suela coincidir. Durante el siglo XXI sólo lo harán en 21 ocasiones, una de las cuales ya fue el año pasado y la próxima será en 2010.

No obstante, la responsable de inmigración indica que, “a pesar de los que pueda parecer, el culto y los sacramentos entre ambas religiones son intercambiables, no existiendo más que una mínima diferencia en la base teológica de ambas. Lo que las diferencia más, a día de hoy, son los ritos litúrgicos y la primacía papal en el caso de los católicos y, en cualquier caso, la Semana Santa es el momento religioso más importante para las iglesias del este de Europa ”.

Para finalizar esta celebración, las familias asistentes tomaron parte en la procesión y, posteriormente, participaron de un ágape tradicional a base de cordero, los típicos huevos pintados de rojo de la pascua y el cozonac, el exquisito postre a base de bizcocho que nunca falta en las fiestas rumanas.