Un estudio realizado en el Instituto de Neurociencias de la UGR ha analizado las características de la psicosis producida por el consumo continuado de esta sustancia
La investigación se llevó a cabo con una muestra de 92 pacientes con episodios de psicosis, y demostró que, en aquellos con un neurodesarrollo normal que sufrieron episodios psicóticos, el 66% eran consumidores de cannabis
El consumo diario de cannabis predispone a la aparición de psicosis y esquizofrenia, y aquellos episodios de psicosis que son fruto de esta sustancia presentan unas características específicas tanto antes de aparecer como en la presentación clínica de la psicosis. Ésta es una de las conclusiones de la tesis doctoral “Neurodesarrollo y estrés ambiental en la psicosis inicial: análisis transversal del estudio ESPIGAS”, realizada por el investigador Miguel Ruiz Veguilla, del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Granada y dirigida por los profesores Manuel Gurpegui Fernández de Legaria y Jorge Cervilla Ballesteros. Ruiz Veguilla es asimismo responsable del la unidad de Neuropsiquiatría del Desarrollo de Jaén.
Este trabajo ha estudiado los factores de riesgo que se asocian a la esquizofrenia, identificando y caracterizando en profundidad las psicosis que se asocian a un consumo continuado de cannabis. Para ello, se llevó a cabo un estudio con 92 sujetos, de los que 50 habían desarrollado una psicosis sin presentar signos de un “neurodesarrollo anómalo”, esto es, habían tenido un buen rendimiento en el colegio, tenían un grupo de amigos (no aislamiento social) y presentaban una buena coordinación motora. Además, estos sujetos apenas mostraban antecedentes familiares, de primer o segundo grado, de episodios de psicosis.
Identificar un tipo nuevo de psicosis
La investigación realizada por Miguel Ruiz Veguilla ha identificado, por lo tanto, una asociación entre el consumo de cannabis y la psicosis en sujetos con un buen rendimiento premórbido, y sin signos de alteraciones neurológicas menores, lo que a su juicio podría señalar “una vía fisiopatológica asociada a la psicosis en sujetos con menos predisposición”.
Así, el 66% de los pacientes con psicosis que participaron en el estudio y que tenían un neurodesarrollo normal reconocieron haber consumido a diario o casi todos los días cannabis, mientras que el 43% de los participantes con marcadores de un neurodesarrollo anómalo (los ya señalados: mal funcionamiento previo social y académico, antecedentes familiares y más “torpes” al realizar tareas de coordinación motora y de actos motores complejos) también eran consumidores de esta droga.
A la luz de los resultados de su tesis doctoral, el investigador de la Universidad de Granada afirma que, tras haber identificado un tipo de psicosis donde el factor ambiental juega un papel más relevante, ahora se debería responder a la pregunta de cuál es el pronóstico a largo plazo de aquellos a sujetos con un buen funcionamiento previo, cuya psicosis se asocia a consumo alto de cannabis.
Los resultados de esta investigación han sido publicados en la revista “Schizophrenia Research” y “European Psychiatry”, dos de las publicaciones más prestigiosas a nivel mundial en este ámbito de investigación.
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