independencia de que la velocidad incrementa la gravedad de
las lesiones en caso de accidente, incluso en ocasiones, es causa
determinante de la muerte, diferentes estudios han demostrado que:
Llevar una velocidad adecuada podría evitar prácticamente un
tercio de los muertos en accidente de tráfico
En las carreteras convencionales se producen más de un 70%
de las víctimas mortales.
En verano la velocidad medía aumenta entre 3 y 4 kilómetros
por hora.
Un descenso del 10% en la velocidad media supone una
reducción del 20% de los accidentes mortales.
A partir de 80 km/h es prácticamente imposible que un peatón
se salve en un atropello
A 120 kilómetros por hora necesitamos para detenernos una
distancia superior a un campo de fútbol.
El exceso de velocidad no sólo incide en la seguridad vial,
también incide sobre el medio ambiente, la calidad de vida y el
consumo de combustible.
La puesta en marcha de esta medida contribuirá, como ha
ocurrido en otros países, a que la velocidad media continúe
disminuyendo, modificándose el comportamiento de los
conductores, principal objetivo de la medida.
A velocidades elevadas los cinturones de seguridad pierden
buena parte de su efectividad
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