María Ángeles Escámez ha querido transmitir que es necesario trabajar todos los días del año, y no sólo el 8 de marzo, por la defensa activa de la igualdad real entre hombres y mujeres
La Concejal Andalucista ha indicado que “el 8 de marzo no debe ser un día de celebración, no puede serlo. Objeto de celebración será el día que ya no sea necesario tener señalado en el calendario este día para reivindicar el derecho a ser mujer, sin más”.
María Ángeles Escámez ha incidido en que “ser una mujer plena, con la libertad de poder elegir en cada momento lo que creemos que es mejor para nosotras, sin presiones sociales, profesionales o familiares, es un camino que aún debemos recorrer y que hace muchos años lo comenzaron grandes mujeres en el anonimato, llegando a perder la libertad, e incluso la vida”.
La mujer, su libertad y sus derechos no deben ser moneda de cambio de ningún color político. No se puede manejar al arbitrio de nadie todo aquello por lo que se ha luchado y conquistado con mucho esfuerzo. Es una de las cuestiones que deben ser irrenunciables, no ceder antes los derechos ya adquiridos.
La Portavoz Andalucista ha querido recordar como dato que un 8 de marzo de 1910 se permitió por primera vez la matriculación de mujeres en los centros docentes. Hasta entonces, las mujeres eran admitidas en la universidad sólo como estudiantes privadas, y requerían de una autorización del Consejo de Ministros para su inscripción como alumnas oficiales. Y es precisamente ahí, en la formación y en la educación donde está la clave. Dotar a las mujeres de las herramientas necesarias, tanto para la formación personal como profesional, es una obligación de todos los agentes sociales.
Cuando las mujeres avanzan, los países progresan. Muchos estudios demuestran que la inversión en la mujer está directamente relacionada con la disminución de la pobreza y el aumento de la prosperidad económica. Limitando la participación de la mujer, desperdiciando su talento, sus experiencias y su capacidad de liderazgo, se defrauda a las propias mujeres y a nuestro mundo.
Para conseguirlo, hay que acabar con la penalización que sufre la mujer en el trabajo, que en Andalucía puede llegar a cobrar hasta un 31% menos de salario que un hombre por la misma tarea. En Europa este diferencial es del 16´4%. La desigualdad salarial es el mayor obstáculo para conseguir la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres, y por ello, la consiguiente conciliación laboral y familiar.
La grave situación económica que atravesamos nos obliga a estar vigilantes porque cualquier descuido, cualquier concesión, podría hacernos retroceder décadas en los derechos adquiridos.
Para terminar, e intentado enviar un mensaje positivo para el día 8 de marzo, María Ángeles Escámez apela a esa frase que establece que “de las grandes crisis surgen las grandes oportunidades”. Por tanto, qué buen momento este en el que todo está patas arriba, para asentar los principios de un nuevo y necesario modelo económico y social, equitativo y realmente igualitario, que pasa necesariamente por incorporar el enorme potencial de la mujer en cuanto a experiencia, conocimiento y valores. Una sociedad del siglo XXI, que se dice democrática, no puede prescindir de la capacidad, del talento, ni de la formación de la mitad de su población.
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