La realidad y situación de las mujeres en los centros penitenciarios
españoles está elevando, unánimemente, la voz de estas para que se escuchen
algo más que peticiones o reivindicaciones: la instauración de un verdadero
espacio que aleje todo tipo de desigualdad o situación discriminatoria hacia
ellas en el interior de las cárceles. El debate se está produciendo, en toda su
intensidad, en el curso de verano que la Uned de Motril celebra durante estos
días en el centro penitenciario de Albolote (Granada).
Esas voces, a través de los testimonios de las de
las propias reclusas, a las que se han unido las reflexiones de ponentes de
reconocido prestigio en el ámbito social y penitenciario, se están elevando lo
suficiente como para que los planteamientos esgrimidos en el salón de actos de
la cárcel de Albolote sirvan para ir poniendo primeras piedras en la
construcción de un futuro modelo de convivencia penitenciaria en el que se
borren todos los atisbos de discriminación.
En esa línea, intervino la ex-subdirectora general
de Tratamiento y Gestión Penitenciaria, ex-directora de la prisión de mujeres
de Sevilla y directora de programas C.I.S de Sevilla, Concepción Yagüe Olmos,
quien durante su ponencia “condenadas a la desigualdad”, no dudó en rubricar la
importancia de “hacer visible la situación de las mujeres presas y de las
situaciones discriminatorias a que se ven sometidas”. Yagüe, quien hizo un
amplio recorrido histórico, desde la Edad Media hasta nuestros días, basado en
el suplicio a que han sido sometidas millones de mujeres durante siglos
acusadas de brujería, sanación o simplemente por las sospechas de sus maridos,
padres o hermanos, aseguró que en la actualidad “la ley y los reglamentos son
iguales para hombres y mujeres, pero la forma en que estas viven en prisión es
muy diferente”, indicó.
En efecto, para la ponente puso en evidencia la
ventaja en cuanto a posibilidades de trabajo que tienen los hombres en los
centros penitenciarios, con respecto a la mujer así como la inferioridad de
esta en cuanto a servicios, espacio y programas: “las mujeres en prisión piden
espacio, están constreñidas y siempre tienen que ir acompañadas, trabajando
igual o más pero siempre en categorías inferiores”, decía. Es más, según Yagüe
lo que ocurre en los centros españoles, pensados y diseñados solo para hombres,
es una “ficción de normalidad” que está generando una evidente situación de
discriminación.
Precisamente, el coordinador provincial de centros
de adultos de Granada, Rafael García Avila, se lamentó de determinados espacios
televisivos estén “desenfocando mucho el problema de la mujer interna” hacia la
que rompió una lanza, la de la educación, como una de las mejores apuestas de
la re-inserción social de estas.
Las propias internas participantes en el curso de
la Uned -al que asisten alumnos externos y un numeroso grupo de internos del
centro penitenciario de Albolote- , han ido desgranando sus experiencias
personales en el desarrollo de interesantes mesas redondas, en las que han
alzado su voz y expresado las inquietudes, preocupaciones, sueños y problemas
del colectivo femenino de las cárceles españolas; a través del relato personal
y directo de su experiencia tras los muros del centro. Para el dibujo de toda esa realidad se ha contado,
también, con el testimonio de profesionales tanto internos como externos
(psicólogas, trabajadoras sociales, las propias funcionarias, etc.)
El director de la Uned de Motril, José Antonio Ruiz
Caballero y el director del centro penitenciario granadino, Jaime Alonso,
fueron los encargados de inaugurar el curso de este año que, según el
responsable de la Universidad a Distancia en Motril “el carácter social de la
Uned se refleja, con toda claridad, en este curso”. Un curso que ha atraído a
alumnos de toda Andalucía, Ceuta y Melilla, ha captado el interés de todos
ellos, dándoles la oportunidad de visitar algunos de los módulos del centro
penitenciario y entrar en contacto directo con algunos de los internos.
El cierre de esta edición, que será este miércoles,
servirá para dar un protagonismo destacado al lado más cultural de la vida en
prisión, ya que el grupo de teatro del propio centro escenificará “Hembra,
sombra”, bajo la dirección de Gregorio Rosillo Requena.
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