8/10/15

López aboga por la “cooperación leal” con el Gobierno central para impulsar las conexiones ferroviarias en el Mediterráneo



El consejero de Fomento y Vivienda, Felipe López, ha asistido hoy a la puesta en servicio del tramo Carchuna – Castell de Ferro de la A-7, los 10 últimos kilómetros de esta autovía en Andalucía, cuya apertura permitirá conectar el Levante con Algeciras a lo largo de 470 kilómetros, que además representan el 40% de la población andaluza y el 37,6% del PIB. Con estos datos, López ha resaltado el “claro carácter transversal” que supone la A-7 para el desarrollo socioeconómico de la zona, “que debe ir acompañado de una cooperación leal y apuesta decisiva por la intermodalidad, que garantice la conexión de las infraestructuras ferroviarias, marítimas y terrestres”, especialmente con el puerto de Algeciras, el primero puerto del Mediterráneo.

En su opinión, “con estos últimos 10 kilómetros de autovía mejoramos las conexiones por carretera del litoral y el siguiente paso --ha añadido-- es que el Gobierno de España apueste por impulsar las conexiones ferroviarias para ponerlas al servicio del horizonte de prosperidad de esta tierra”.

 “Si la A-92 vertebra Andalucía en su tronco central, la A-7 tiene un claro carácter transversal para el litoral andaluz, dando respuesta a una vieja demandaba de contar con un sistema de transporte competitivos que favorezca su crecimiento económico, la generación empleo y mejora en la calidad de vida de sus ciudadanos”, ha añadido.

La A-7, paralela a la costa mediterránea, es la autovía más larga de España, desde su inicio en Algeciras, pasando por poblaciones como Marbella, Málaga, Motril, Almería, Vera, Lorca, Murcia, Orihuela, Elche, Alicante, Valencia, Castellón, Tarragona hasta finalizar en Abrera, donde se prolonga con la denominación de B-40. Cuando esté terminada  contará con 1.440 kilómetros de los que 470 discurren por Andalucía, es decir, el 42% del trazado.

En Andalucía, la A-7 representa un eje transversal del litoral mediterráneo andaluz, que cruza por el sur las provincias de Cádiz, Málaga, Granada y Almería.  Su construcción abre nuevas vías de comunicación de zonas de gran actividad económica y alta movilidad, y da respuesta a una demanda histórica en una zona con serios problemas de movilidad con alta actividad turística, agrícola, industrial y portuaria.

Ya en la provincia de Granada, el recorrido de la A-7 representaba la parte constructiva más complicada tanto por las dificultades orográficas y geográficas del terreno. A lo largo de 85 kilómetros, desde Nerja a Adra, la nueva autovía supera las barreras que supone la N-340, con un trazado lleno de curvas y colapsado.

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