23/11/21

Las jornadas de Derechos Humanos y Migraciones celebran a partir de mañana en Motril su décimo séptima edición

El rostro del migrante protegido por una manta roja que abre este programa nos está invitando a hacer una reflexión sincera sobre las políticas de inmigración y asilo de nuestro país y de la Unión Europea. La fotografía nos fue cedida generosamente por el fotoperiodista Juan Medina a principios del año 2020 para el cartel de las Jornadas “Derechos Humanos y Migraciones” que preparábamos para abril de ese año y que no pudimos celebrar. Para esas fechas ya estábamos confinados a causa de una pandemia que dejó paralizadas nuestras sociedades y que continúa causando tanto dolor y tanta pérdida. Con la expresividad de esta imagen, tamizada por más de un año y medio de cambios en nuestras formas de relación y en las estructuras sociales centradas en la lucha contra una epidemia darwinista, os convocamos a reflexionar sobre la nueva situación de los derechos de los migrantes en las XVII Jornadas de Motril. La foto no nos es ajena, se hizo en el puerto de Motril, tan cerca de la sede de estas jornadas.

La pandemia de la Covid-19, con periodos de confinamiento y el impacto de tanta muerte, a veces tan próxima, está dejando al descubierto la fragilidad de las personas y de nuestras sociedades. También la necesidad de las respuestas colectivas desde lo público, desde lo que es de todos. Como en todas las catástrofes las cosas no vuelven a ser iguales y el tratamiento de las migraciones y el propio concepto de frontera serán diferentes. Sería un grave error que la dimensión mundial de la enfermedad como algo global se abordara con políticas restrictivas de derechos y de impermeabilización de fronteras, que ya se han demostrado ineficaces y causantes de tanta tragedia y muerte.

Sin embargo, el recurso al cierre de fronteras, acompañado de vulneraciones de las normas nacionales e internacionales básicas sobre protección internacional y derechos de la infancia, continúa siendo el eje de unas políticas migratorias erráticas en Europa y en nuestro país. Solo un par de ejemplos de este año en nuestras fronteras.

El primero. La situación de hacinamiento y desprotección de los migrantes desembarcados en el muelle de Arguineguín, en Gran Canaria, provocada por la negativa de las autoridades a enviar a estas personas a otras Comunidades Autónomas, mientras se sustancian sus expedientes y solicitudes de asilo o protección internacional y se resuelve sobre la determinación de la edad de los posibles menores, ha dejado en situación de abandono en la calle a cientos de personas sin una cobertura mínima de sus necesidades básicas y sin ningún recurso de protección.

Segundo ejemplo. Las repatriaciones de menores extranjeros de la ciudad de Ceuta que el Ministerio de Interior inició durante el mes de agosto de 2021 vulnerando los principios éticos y jurídicos que tienen por finalidad proteger los derechos de los niños y las niñas. Son hechos en clara colisión con las normas de protección a la infancia de nuestro sistema jurídico, tanto por la opacidad del proceso como por los argumentos empleados, en clara contradicción con nuestro sistema jurídico de protección de menores. Además, esta práctica contrasta con los principios de la recientemente aprobada Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (BOE 5 de junio de 2021), que opta claramente por una protección integral y holística de la infancia.

Desde el espacio de estas Jornadas se han planteado diferentes respuestas compatibles con la vigencia del sistema universal de derechos humanos que se asienta en la dignidad de todas las personas. Iniciativas para promover un constitucionalismo mundial, que insisten en la universalidad de los derechos humanos, como ‘Constituyente tierra’, tienen una gran importancia como mecanismos de defensa frente a las crisis globales.

Europa no puede apostar por el naufragio y el desastre que puede dejar una vez más devastado su paisaje, sino que tiene que entender que este es el momento, por su complejidad, de insistir en los valores universales de sus principios constitutivos y sus estructuras de derechos humanos.

Es preciso evitar la deriva de Europa y reencontrar las coordenadas éticas, políticas, jurídicas y culturales que permitan dirigir su futuro hacia un escenario inclusivo y respetuoso con los derechos humanos. De este viaje hablaremos en las

XVII Jornadas de Motril.

Agradecemos a José Antonio Ruiz Caballero, Director del Centro Asociado de la UNED de Motril, que se embarcara con nosotros, hace ya muchos años, en este complejo viaje.

Luis Carlos Nieto García

 

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