Se trata de una acción solidaria que pretende ayudar en la reanudación de las actividades turísticas en la zona. Las marcas del seísmo siguen presentes. Hay varios campamentos donde viven cientos de familias. Varios edificios de la ciudad están visiblemente apuntalados y hay edificios que han sido totalmente destruidos. Los campamentos están visiblemente limpios y ordenados y hay labores para asfaltar y recuperar las infraestructuras. Las partes muy afectadas de la ciudad están perfectamente valladas y apuntaladas. Hay igualmente ayudas gubernamentales para las casas totalmente destruidas y las que necesitan arreglos. Sin embargo, las complicaciones administrativas están retrasando bastante los trámites. La mayoría de los establecimientos hoteleros han superado minuciosas labores de inspección y los que son conformes han sido autorizados para volver a abrir. Visiblemente la zona se está recuperando.
El viaje ha confirmado que la zona es completamente segura y que hay una gran variedad de cosas para ver, sentir y vivir. El turismo sostenible está ayudando en el desarrollo local y fomenta el emprendimiento de las mujeres que se organizan en cooperativas y que avanzan en materia de igualdad. Es por este motivo que es necesario que se reanuden las actividades turísticas de montaña porque son vitales para que la población local intente salir adelante. Es necesario señalar que la solidaridad entre pueblos del Mediterráneo además de su carácter humanitaria, repercute de un modo muy significativo en la estabilidad y en la economía de la zona a nivel global.
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