La mayoría de las propiedades saludables atribuidas a esta variedad de té están avaladas científicamente, en particular, su actividad antioxidante
Los investigadores del Departamento de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Granada Rafael Jiménez, Carmen Cabrera y Reyes Artacho, han recopilado en un artículo los estudios más recientes, especialmente estudios epidemiológicos, en los que se evalúa la relación entre el consumo de té verde y su influencia sobre la salud humana. Un total de 180 trabajos de investigación publicados en las mejores revistas internacionales. Esta amplia revisión bibliográfica acaba de ser publicada en el Journal of the American College of Nutrition, bajo el título “Efectos beneficiosos del té verde”.
El té es la bebida más consumida en el mundo después del agua. Una de sus variedades es el té verde, una bebida milenaria, muy apreciada en otras latitudes y a la que se le atribuyen propiedades saludables tan diversas como reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, control del peso corporal, actividad antibacteriana y antivirásica, propiedades antidiarreicas, protección frente a las radiaciones ultravioleta; asimismo, se ha constatado su utilidad en la salud oral (prevención de caries y enfermedad periodontal) y en cosmética.
Poder antioxidante
Como explican sus autores, “la idea de realizar este review surge al iniciar un trabajo de investigación sobre la presencia de componentes del té con actividad antioxidante”. En este sentido, los científicos han centrado su trabajo bibliográfico en este tipo de té porque no sufre el proceso denominado “fermentación” del té negro, con lo cual las catequinas (que son compuestos fenólicos) aparecen intactas con todo su poder antioxidante, demostrado tanto en estudios in vitro como in vivo. Entre estas catequinas destaca su elevado contenido en EGCG (epigalocatequina-3-galato) “que es biológicamente la más activa”. Además, el té verde contiene minerales y otros compuestos que incrementan aún más este poder antioxidante. Por otra parte, según los investigadores, cabe reseñar su menor contenido en cafeína respecto al té negro y a otras bebidas estimulantes, y que se trata de una bebida natural, refrescante, agradable y accesible, y por tanto, “una alternativa a otras bebidas menos saludables”.
En la actualidad, la mayoría de estos efectos están avalados por estudios científicos, en especial, todas las propiedades relacionadas con su actividad antioxidante. No obstante, según los investigadores, entre los diversos autores aparecen discrepancias respecto al consumo óptimo para que se manifiesten los efectos. Por supuesto, señalan que “el consumo debe ir acompañado de hábitos de vida saludables”.
A la vista de todos los estudios revisados y discutidos, los científicos granadinos consideran que la incorporación de un consumo regular de té verde a las dietas occidentales, puede contribuir a la ingesta total de antioxidantes, con la correspondiente repercusión positiva sobre la salud. Además, aseguran que, “es preferible el té verde en hojas o comprado a granel al empaquetado en bolsitas”.
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