Al detenido se le incautaron cuatro armas de fuego, cartuchos de escopeta y otros modelos de munición. El episodio de violencia de género fue presenciado por cuatro miembros de la familia que se encontraban en el interior de la vivienda, dos de los cuales eran menores de edad y dos personas mayores con problemas de salud
El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de
Motril, Manuel Ballesteros, ha ofrecido detalles sobre el último episodio de
violencia de género acaecido en la ciudad. “La hija de la víctima, una menor de
edad, fue la que dio la voz de alarma cuando llamó al 092 para informar que su
madre estaba siendo agredida por su padre en el domicilio, en la zona de Los
Álamos”, ha explicado el edil.
De inmediato, la Policía Local de Motril se personó
en la dirección indicada por la menor, la cual había manifestado que sus padres
estaban en la planta superior y que el progenitor estaba golpeando a la madre.
Los cuatro agentes que entraron en el domicilio
encontraron en su interior a otro menor de una edad más corta que la niña que
había solicitado auxilio, y que estaba acompañado por un señor incapacitado de
edad avanzada y una señora mayor que padece Alzheimer, todos, familiares de la
víctima.
En la escena, los agentes hallan múltiples objetos
dispersos por el suelo —macetas y otros enseres—, evidencias de que estaba
ocurriendo un episodio de violencia.
Cuando la Policía Local llega a la planta superior
encuentran a una chica joven llorando que les advierte a gritos que tengan
cuidado porque el hombre está armado. El detenido, de 31 años, se había
encerrado en una habitación de la planta superior. En ese momento, los agentes
toman todas las medidas de seguridad oportunas y autoprotección, y evacuan del
domicilio a los menores de edad, a la víctima y a sus ancianos padres.
Tras comprobar que el agresor no puede huir hacia
el exterior, dos agentes de la Policía Local le advierten, hasta en siete
ocasiones, que salga de la habitación y desista de su actitud. En ese mismo
momento, se presentan en el lugar de los hechos efectivos de la Policía
Nacional. Los agentes aguardan para entrar al interior de la habitación con
sumo cuidado, puesto que se escuchan ruidos de cajones y armarios y el hombre
puede hacer uso de alguna de las armas que tiene en posesión. Tras quince
minutos, el detenido decide salir de la habitación gritando, sin armas y
desistiendo de cualquier acto de mayor gravedad.
Una vez reducido, se procede a su detención y es
custodiado por los agentes para ponerlo a disposición judicial.
Asimismo, la víctima es trasladada al centro
hospitalario para un reconocimiento médico y los menores, junto a los padres de
la víctima, son devueltos a su domicilio.
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