21/7/05

“En el cine, los matemáticos suelen ser despistados, geniales y algo chiflados”, según un profesor del Centro Mediterráneo

Según el profesor Miguel Pasadas, director del curso del Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada Matemáticas para el siglo XXI, la relación entre las matemáticas y el cine ha sido escasa y aislada a lo largo de la historia, y a menudo ha estado cargada de lugares comunes y referencias negativas. No obstante, es raro el film en el que no se alude, aunque sea brevemente, a las matemáticas, si bien se trata normalmente de escenas anecdóticas que no sobrepasan los dos minutos de metraje. Tales pinceladas suelen aparecer de la mano de algún personaje “que normalmente es raro, tímido, despistado, desastre, va mal vestido… y es matemático”.

El tópico del matemático genial y extravagante es muy común en la historia del cine y cuando aparece en pantalla lo que menos interesa es su trabajo: puede estar envuelto en una trama de intriga o ser el novio de la protagonista, y en él las matemáticas son sólo un rasgo que sirve para caracterizar al personaje de acuerdo con el tópico ya mencionado, “lo que resulta un poco decepcionante” según el profesor. De acuerdo con Posadas, se trata de un tópico absurdo, y lo único que hay de cierto en esta imagen de los investigadores en general es su capacidad de abstraerse para razonar sobre determinados problemas.
El profesor Pasadas aporta tres razones para explicar estos fenómenos: por la gran dificultad de comprensión que las matemáticas suelen plantear a los realizadores de cine; porque el lenguaje matemático y su representación simbólica es difícil de transmitir, asimilar y divulgar; y, por último, por la propia experiencia de realizadores y guionistas. Aún así, es rara la película en la que no se menciona alguna de las ramas de las matemáticas, desde el cálculo de probabilidades hasta la teoría del caos pasando por el análisis y la topología.
Pasadas sólo ha podido localizar cuatro películas de temática plenamente matemática a lo largo del desarrollo de todo el film. Se trata de El indomable Will Hunting, por cuyo guión recibieron el Óscar los actores Matt Damon y Ben Affleck, en la que el protagonista es un chico difícil con grandes dotes para las matemáticas. En este film, las referencias se multiplican: el protagonista escribe matemáticas, resuelve problemas y se establecen metáforas entre las matemáticas y la vida. La segunda es Cube, una película de ciencia ficción en la que una serie de personajes se encuentran dentro de una especie de enorme cubo de Rubbick del que tratan de salir. El film es una metáfora de la lucha por la supervivencia para la que necesitan interpretar una serie de códigos matemáticos montados a partir de códigos de números primos que sólo una mujer del grupo, matemática, es capaz de descifrar. En este caso, las referencias a la disciplina son muy numerosas, si bien “al ser una película de ficción, los guionistas se toman ciertas libertades con respecto a la realidad matemática”.

El tercer film es Pi, una película desconcertante, rodada en blanco y negro, acerca de la búsqueda de las leyes que rigen el universo. El protagonista trata de hallar una sucesión de números que le permita descifrar el código “que tiene Dios en sus manos”. El protagonista piensa que tal código está oculto en las cifras decimales del número pi, que tiene infinitos decimales. Tal es su obsesión que el matemático, esquizofrénico, se ve atormentado por terribles migrañas y percances de todo tipo, como fallos en el ordenador que le obligan a escribir a mano la que llama “cifra de la felicidad”, un código por el que empiezan a interesarse poderosas fuerzas económicas y religiosas. Por último está Moebius, una película de ciencia ficción muy creíble en la que se construye un ramal del subterráneo del metro de Buenos Aires. Llega un momento en que la red crece tanto, que sucede algo extraordinario: desaparece uno de los trenes y ni ingenieros ni técnicos encuentran una explicación. Finalmente, acuden a un matemático que les ofrece una explicación basada en la famosa cinta de Moebius, la paradoja de la cinta de una sola cara, que nadie está dispuesto a aceptar… Tras el argumento, se esconde una protesta frente a los desaparecidos en Argentina durante la dictadura. Curiosamente, el film está impecablemente dirigido por un profesor de matemáticas y cuarenta y cinco alumnos suyos.

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