Los padres de María Teresa, la joven motrileña que desapareció hace mañana cinco años en las fiestas patronales de Motril cuando tenía 18 años de edad, manifestaron hoy que continúan esperanzados en encontrar a su hija con vida, aunque hayan transcurrido cinco años desde su desaparición.
La madre de la joven, Teresa Martín, explicó que "no vamos a hacer nada especial porque los ánimos no dan para tanto". En este sentido, según continuó, "bastante tenemos con seguir luchando día a día, que es lo que hacemos".
Los padres, Juan y Teresa, pasan estos días tan señalados en una casa de campo que tiene la familia en Motril. Como el pasado año, los familiares no van a convocar manifestación alguna, dado el delicado estado emocional en el que se encuentran y por lo que los médicos le han desaconsejado que lleven a cabo iniciativas en este sentido.
Según la madre, la Policía continúa investigando en "buena línea" el caso, aunque "por ahora --afirmó-- no nos han querido facilitar más datos". Por su parte, la familia vigila las vitrinas del municipio de Motril donde están colocados los carteles de María Teresa y "cada vez que los quitan, volvemos a colocarlos", explicó la madre de la desaparecida.
Al igual que la investigación policial continúa en marcha, la judicial tampoco se ha archivado. Fuentes del caso consultadas hoy por Europa Press aseguraron que "no hay novedades en la línea de investigación de Tony Alexander King y Robert Graham".
A pesar de que en marzo del pasado año la familia estudiara pedir la declaración de Graham, hasta la fecha no se ha producido, porque, según las citadas fuentes, "no se ha considerado oportuno, tras las diligencias practicadas, aunque no se descarta solicitarla más adelante".
El juzgado que instruye el caso de María Teresa Fernández ordenó en febrero de 2003 el sobreseimiento provisional del caso, que se reabrió tras la detención de Tony King por su presunta relación con las muertes de Rocío Wanninkhof y Sonia Carabantes y después de que varios testigos situaran a Graham en Motril el 25 de septiembre de 2003, un día más tarde de que el británico quedara en libertad al haber prescrito el delito de encubrimiento del asesinato de Wanninkhof.
María Teresa fue vista por última vez en la Avenida de Andalucía, en pleno centro de la localidad, cuando se dirigía a encontrarse con unos amigos para acudir a las fiestas patronales de su pueblo el 18 de agosto de 2000.
Desde entonces, no se han tenido noticias de la joven que el mismo día de su desaparición escribió una carta a un amigo en la que decía "me lo estoy pasando muy bien en la feria, estoy que alucino, mis padres me han regalado un ordenador con grabadora y todo, además con internet", por lo que se descartó la posibilidad de que se escapara del domicilio familiar, como en un principio se barajó.
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