Los agricultores y distribuidores de la productos agrícolas de la zona, representados por la Asociación de Agricultores de Carchuna, UPA y ASAJA, la Asociación de Alhondiguistas de la Costa y FAECA, han adoptado el acuerdo de destruir un 30 por ciento de la producción diaria de pepino holandés, en un intento de regular los bajos precios de mercado debidos a la sobreproducción.
En un intento de tener la llave de los precios, agricultores y distribuidores se han planteado mandar menos pepinos a Europa y decidir, mediante revisiones diarias, el porcentaje de producto a destruir que comenzará en lunes fijado en un 30 por ciento. Es decir que de cada 100 cajas que lleguen a las corridas 30 se destruirán antes de entrar. Para el portavoz de la asociación de agricultores de Carchuna, Manuel Morales, se trata de “presentar una oferta coherente y trasladarla hasta la costa de Almería y controlar la producción en origen. Nuestro planteamiento es el de asustar a las grandes cadenas de distribución”, explica, ya que ente el 70 y el 80 de todo el pepino se produce en esta zona. “Si controlamos el mercado qué va a hacer cuándo falte el producto”, recalcó.
Para que esta estrategia funciones es necesario que todo el mundo colabore y dos son las cuestiones fundamentales, que el sector permanezca unido y que se haga la fuerza suficiente. Los afectador recuerdan que cuando sucedieron las heladas los precios tardaron en subir 20 días debido al producto almacenado, ahora se trataría de devolverles la moneda y tener regulada la producción hasta que suban los precios.
Críticas a COAG
La postura de la organización agraria COAG de salirse de esta plataforma, a pesar de que consideró razonable el acuerdo, y caminar en solitario, no ha sentado bien. Primero porque entienden que los acuerdos deben ser cumplidos y, después, porque es difícil defender algo si no se está unido, explicó Manuel Morales.
Por su parte el gerente de los alhondiguistas, Alfonso Zamora, pidió a esta organización un examen de conciencia por desmarcase del acuerdo, mientras el presidente de FAECA, Miguel del Pino, explicó que es necesario enviar a Europa un mensaje claro y que tenga un efecto inmediato y de futuro, “para ello no es necesario montar algaradas, sino que el acuerdo llegue hasta el consumidor y un mensaje para los operadores europeos”, manifestó. La medida tiene un carácter indefinido según se sucedan los acontecimientos.
Reunión con el alcalde
Los afectados se reunieron con el alcalde de Motril y presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical, Pedro Álvarez, para acordar medidas de cara a la destrucción del pepino excedente que a lo largo de la semana puede representar unas 2.400 toneladas. Álvarez opinó que es una situación difícil para la agricultura, se mostró sensible con el problema y ofreció la colaboración de las administraciones en las decisiones que tome el sector agrario. “Este es un problema común a todos porque si falla la agricultura, fallan todos los sectores”, declaró.
Ante la falta de operatividad de la Planta de Residuos Agrícolas que la Diputación de Granada construye en Motril, y que no estará operativa hasta febrero de 2006, el alcalde de Motril se comprometió a estudiar una solución que puede pasar por la búsqueda de espacios donde depositar el producto destruido sin causar problemas en el Medio Ambiente, vertederos provisionales donde colocar los excedentes.
En un intento de tener la llave de los precios, agricultores y distribuidores se han planteado mandar menos pepinos a Europa y decidir, mediante revisiones diarias, el porcentaje de producto a destruir que comenzará en lunes fijado en un 30 por ciento. Es decir que de cada 100 cajas que lleguen a las corridas 30 se destruirán antes de entrar. Para el portavoz de la asociación de agricultores de Carchuna, Manuel Morales, se trata de “presentar una oferta coherente y trasladarla hasta la costa de Almería y controlar la producción en origen. Nuestro planteamiento es el de asustar a las grandes cadenas de distribución”, explica, ya que ente el 70 y el 80 de todo el pepino se produce en esta zona. “Si controlamos el mercado qué va a hacer cuándo falte el producto”, recalcó.
Para que esta estrategia funciones es necesario que todo el mundo colabore y dos son las cuestiones fundamentales, que el sector permanezca unido y que se haga la fuerza suficiente. Los afectador recuerdan que cuando sucedieron las heladas los precios tardaron en subir 20 días debido al producto almacenado, ahora se trataría de devolverles la moneda y tener regulada la producción hasta que suban los precios.
Críticas a COAG
La postura de la organización agraria COAG de salirse de esta plataforma, a pesar de que consideró razonable el acuerdo, y caminar en solitario, no ha sentado bien. Primero porque entienden que los acuerdos deben ser cumplidos y, después, porque es difícil defender algo si no se está unido, explicó Manuel Morales.
Por su parte el gerente de los alhondiguistas, Alfonso Zamora, pidió a esta organización un examen de conciencia por desmarcase del acuerdo, mientras el presidente de FAECA, Miguel del Pino, explicó que es necesario enviar a Europa un mensaje claro y que tenga un efecto inmediato y de futuro, “para ello no es necesario montar algaradas, sino que el acuerdo llegue hasta el consumidor y un mensaje para los operadores europeos”, manifestó. La medida tiene un carácter indefinido según se sucedan los acontecimientos.
Reunión con el alcalde
Los afectados se reunieron con el alcalde de Motril y presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical, Pedro Álvarez, para acordar medidas de cara a la destrucción del pepino excedente que a lo largo de la semana puede representar unas 2.400 toneladas. Álvarez opinó que es una situación difícil para la agricultura, se mostró sensible con el problema y ofreció la colaboración de las administraciones en las decisiones que tome el sector agrario. “Este es un problema común a todos porque si falla la agricultura, fallan todos los sectores”, declaró.
Ante la falta de operatividad de la Planta de Residuos Agrícolas que la Diputación de Granada construye en Motril, y que no estará operativa hasta febrero de 2006, el alcalde de Motril se comprometió a estudiar una solución que puede pasar por la búsqueda de espacios donde depositar el producto destruido sin causar problemas en el Medio Ambiente, vertederos provisionales donde colocar los excedentes.
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