El alcalde de Motril, Carlos Rojas, ha denunciado el importante colapso que el centro de la ciudad ha padecido, causadas por las retenciones en la confluencia entre la N-323 y N-340 que hicieron que los vehículos fueran desviados por la carretera de los caracolillos para aliviar estas dos vías. El Gobierno Central tuvo que recurrir a la Policía local para indicar el tráfico.
El primer edil ha manifestado que sólo seis Guardia Civiles estaban en servicio durante el mediodía del sábado, cuando las retenciones hasta la rotonda de la Puchilla alcanzaban los 10 kilómetros, llegando hasta la altura Vélez de Benaudalla.
Carlos Rojas califica ese improvisado desvió de “cortina de humo”, para tapar el incumplimiento que el Gobierno de Zapatero ha realizado con la autovía Granada-Motril. Por su parte Rojas, ha exigido al Subdelegado del Gobierno, Antonio Cruz, que le facilite la información real, situación de las obras, y que posibilite cuando antes una visita del equipo de Gobierno Local para comprobar estado de las mismas.
El máximo responsable de la ciudad ha señalado que quiere que el Gobierno ponga a disposición todo el expediente del tramo del viaducto, con todo los informes que se han producido en los últimos años, todas las advertencias técnicas, y todo, lo que la Administración central haya podido decir, se contemple en el expediente. “Los motrileños tenemos derechos a conocer desde cuándo el Gobierno sabia que la autovía no se abriría a tiempo, y también, tenemos derecho a saber cuanto tiempo le queda a esa obra”- ha señalado Rojas.
De otro lado, el primer edil ha explicado que le parece “increíble” que el Gobierno central, sin avisar, ponga en marcha un dispositivo de forma “improvisada e ineficaz” que ha provocado un importante caos circulatorio en el núcleo urbano de Motril.
Por último, Carlos Rojas ha indicado que “la Administración Central no cumple con la ciudad con lo que se había comprometido en lo relativo apertura de la autovía, y para más INRI, escatima con los medios del dispositivo de tráfico y se inventa medidas de un día para otro, sin preguntar a la ciudad lo que opinan, sin hacer ningún tipo de estudio, y con un claro desprecio hacía los ciudadanos de Motril y la Costa en general”.
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