Asistimos a una lamentable, grave, pero sobre todo indignante cronificación de muertes y desapariciones de personas que asumen arriesgar su vida movidas por el impulso de conseguir un futuro mejor con más oportunidades que en sus países de origen. Con la llegada del buen tiempo se intensifica la salida de embarcaciones desde África hacia costas españolas, pero estas muertes se deben al blindaje cada vez más fuerte de las fronteras y la vigilancia en el mar, en especial respecto al continente Africano, que obligan a las embarcaciones a realizar rutas cada vez más peligrosas. Se contabilizan 4.003 muertes y desapariciones entre el año 1998 y 2007. Seguramente un dato que es tan sólo una aproximación a la realidad, que posiblemente es aun mucho más dramática.
La frecuencia y la cotidianeidad de la repetición de estas tragedias puede hacer que nos acostumbremos a ello hasta convertirse en algo a lo que la sociedad sea indiferente, pero no podemos mirar hacia otro lado o ignorarlo, y no debemos olvidar que esto es una consecuencia directa de la política de inmigración que cierra las vías normales de entrada dejando como única alternativa viajes cada vez más caros y peligrosos.
Ante este drama humano evitable, Europa y el Estado español cierran los ojos, e impasibles, como hemos visto estos días con la aprobación de
Desde SOS Racismo denunciamos que la política europea y española de inmigración vulneran los derechos humanos y estas muertes son su consecuencia más flagrante. Por ello, hacemos un llamamiento a la ciudadanía, para que no sea indiferente a esta injusticia y reclame responsabilidades a sus gobernantes, que están permitiendo esta situación.
Federación de asociaciones de SOS Racismo en el Estado Español
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