El portavoz de AxSí en el
Ayuntamiento de Motril, David Martín, afirma que ahora que está próximo a su
jubilación, este reconocimiento valora la creación artística de este motrileño
ejemplar que ha dedicado más de 30 años a la docencia en el Conservatorio de
Cuenca.
El portavoz de Andalucía Por Sí
en el Ayuntamiento de Motril, David Martín, ha anunciado que al igual que el
año pasado su formación propuso al Pleno que el investigador Fernando
Valdivieso recibiera el reconocimiento de Hijo Predilecto de la Ciudad de
Motril “en esta ocasión hemos propuesto a la corporación municipal que el
profesor y compositor José Miguel Moreno Sabio reciba la más alta distinción
que otorga el Ayuntamiento”.
En 2019 José
Miguel Moreno Sabio cumple 30 años dedicado a la docencia en el Conservatorio
Profesional de Música Pedro Aranaz de Cuenca en donde consiguió la plaza de
Composición en 1989 y ya está próximo a su merecida jubilación.
Moreno Sabio
nació en Motril en 1956 en el seno de una familia dedicada tradicionalmente al
cultivo de las flores. Su abuelo materno, Miguel Sabio, cultivaba claveles en
la huerta ‘Villa Josefa’, situada frente al cuartel de la Guardia Civil, en el
espacio que actualmente ocupa el barrio de las Explanadas. La decadencia del
negocio de las flores obligó a la familia a tomar un rumbo nuevo y en 1957 se
traslada a la calle Marqués de Vistabella donde abre ‘Almacenes Moreno Sabio’,
comercio dedicado a los muebles y artículos de regalo.
La idea de
que José Miguel iniciara estudios musicales fue de Joaquina, su madre, que
había recibido formación musical en el colegio de las monjas Dominicas. Esta
actividad, en principio una más para un niño de 7 años, la desarrolló como
alumno libre del conservatorio granadino recibiendo clases particulares de las
profesoras Carmen Videras y Mª del Carmen Alonso.
La casualidad
hizo que en 1968 asistiera junto a sus padres a una representación de zarzuela
en el patio del colegio de los Agustinos durante los ‘Festivales de España’,
evento anual en el que las mejores compañías nacionales llevaban por pueblos y
ciudades espectáculos de teatro, zarzuela y danza. Y fue precisamente allí
donde un niño de 11 años, impresionado por la representación que acababa de
presenciar, decidió que su vida iba a estar dedicada a la composición musical.
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