La investigada dejó encerrados a sus dos perros en una nave
desde el mes de marzo, al inicio del confinamiento
El Seprona de la Guardia Civil rescató del interior de una nave de
la localidad de Albondón a dos perros desnutridos y deshidratados,
a los que su dueña había encerrado y descuidado desde el inicio del
confinamiento en el mes de marzo
La Guardia Civil ha puesto a disposición judicial a
una mujer de 54 años de edad, como responsable de un presunto delito
de maltrato animal por la omisión de los cuidados básicos y elementales
de los dos perros de su propiedad.
La patrulla del Seprona de la Guardia Civil de Motril fue alertada por
vecinos de la localidad de Albondón de la existencia de varios perros en
el interior de una nave de esa localidad que al parecer llevaban
encerrados varios meses sin agua ni comida y en pésimas condiciones de
higiene.
Desde el exterior de la nave, la Guardia Civil pudo comprobar que se oían
ladridos debilitados y roncos de al menos dos perros y además se
apreciaba el fuerte olor putrefacto que salía del lugar donde estaban los
animales. Sin tiempo que perder se iniciaron las gestiones para localizar a
la dueña de los animales que resultó residir en la localidad alpujarreña de
Cádiar.
Ante la negativa de la dueña de los animales a facilitar el acceso de la
Guardia Civil a la nave, alegando que los perros estaban mejor que las
personas y que no les faltaba de nada, los agentes decidieron que no
había tiempo que perder para auxiliar a los animales e iniciar diligencias
judiciales.
Con la ayuda de un cerrajero, el Seprona de la Guardia Civil de Motril
pudo acceder al interior de la nave y el panorama que encontraron fue
desolador. El fuerte olor a excremento y a podredumbre acompañaba la
visión de dos perros famélicos, desnutridos y sedientos que, faltos de
fuerzas, seguían tumbados y ni siquiera hicieron por salir al encuentro de
los rescatadores. La cantidad de pulgas que había en la nave era
igualmente evidente.
La inspección del lugar hubo que realizarla tras tratar la zona contra las
pulgas. En el interior no se hallaron restos de comida y la poca agua que
había se encontraba en un barreño que desprendía un fuerte olor a
corrompido y en la que flotaban cucarachas y otros insectos.
Los dos perros, sin raza y de tamaño mediano, tenían colocado el
microchip. Una asociación protectora de la Costa Tropical se hizo cargo
de los animales. Tras ser atendidos por un veterinario, el facultativo
informó del estado crítico de los animales a causa de la falta de alimento
y agua. Posiblemente no hubieran vivido mucho más tiempo si no se
hubieran rescatado.
La Guardia Civil agradece la colaboración ciudadana que en este caso ha
sido determinante para poner a salvo a dos animales y a la vez recuerda
que en relación al maltrato animal el Código Penal español considera
como reo de delito al que abandone a un animal doméstico o amansado
en condiciones en que pueda peligrar su vida o su integridad. También
podrá imponer una pena de inhabilitación especial para la tenencia de
animales.
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