En marzo de 2022, el IPC ha subido un 3,3% en Granada, mientras que subió un 1,2% en marzo del año pasado. Los grupos de bienes y servicios que más han subido respecto al mes pasado han sido Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (11,3) y Transporte (6,6) mientras que sólo ha bajado el precio en Ocio y Cultura (-0,6). Respecto a la variación de los últimos doce meses, el IPC se sitúa en Granada en el 9,8%, mientras que para el mismo periodo, pero en 2021, se quedó en el 1,3. Destaca la subida de precios en Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (38,3) y Transporte (17,5), mientras que ha bajado el precio sólo en Comunicaciones (-0,5). Por otra parte, en lo que llevamos de año, los precios han ascendido un 3,4% (mientras que en el mismo periodo del año pasado ascendieron un 0,2%) siendo los productos que más se han abaratado Vestido y calzado (-11,8) y Ocio y cultura (-1) y los que más han subido sus precios son Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles y Transportes (ambos con un 11,4).
Para Juan Fco. Martín, Secretario General de UGT Granada, los datos hechos hoy públicos agravan una inflación que ya de por sí era preocupante, presionando al alza los precios de los productos energéticos y afectando también al precio de algunas materias primas claves para el sector industrial y agrícola. Las consecuencias, opina el ugetista, son evidentes: el contexto actual supone una merma notable de las posibilidades de crecimiento de nuestra provincia, mientras que la continua alta inflación implica un riesgo extremo de intensificar el empobrecimiento de la clase trabajadora de Granada.
Para contrarrestarlo, el representante del Sindicato reclama una política salarial fuerte y consensuada, que refuerce la creación de empleo de calidad, sostenga el consumo, y evite echar al traste todo el camino andando en la senda de recuperación económica y social.
Un pacto de rentas, dice, que debe partir de la base de que los salarios no suponen el origen de los problemas inflacionistas, por lo que no existe ningún razonamiento lógico que justifique una devaluación de los mismos. De esta forma, señala Martín, la protección del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras se erige como la principal garantía para evitar un reparto asimétrico de los costes de la guerra, esencial para no debilitar, aún más, la condición de vulnerabilidad de los colectivos más golpeados por la pandemia.
Por ello, el representante de UGT considera que imprescindible que el nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva pivote sobre la inclusión de cláusulas de revisión salarial en los convenios, protegiendo así a los trabajadores y trabajadores de posibles desviaciones en las previsiones del IPC. El blindaje del poder de compra de cientos de miles de personas trabajadoras en la provincia de Granada, supone una demanda irrenunciable para poder asegurar un futuro digno a todas ellas.
Por último, valora las medidas aprobadas para luchar contra los efectos de la inflación y el impacto de la guerra en Ucrania, y reclama diálogo y concertación a la hora de adecuar las mismas a las necesidades de los sectores productivos más vulnerables a esta crisis
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