9/11/05

Un trabajador rumano dice que vive una segunda vida tras el suceso y que no logra entender lo ocurrido

Uno de los trabajadores que vivieron el momento del desplome de parte del viaducto de las obras de la Autovía del Mediterráneo en Almuñécar, de origen rumano y trabajador autónomo subocontratado por la empresa que lleva a cabo los trabajos relativos al hormigón, declaró hoy que vive "una segunda vida", puesto que estaba prácticamente debajo de la plataforma cuando se produjo el desprendimiento de las vigas desde unos 80 metros de altura.

Horía lleva trabajando para esta empresa subcontratado desde enero y finalizará su contrato con el fin de la obra, si bien no precisó la empresa para la que trabaja, aunque señaló que no se trata de las subcontratas gallega y portuguesa.

Desempeña su trabajo como conductor de la hormigonera y declaró que "en el momento del accidente estaba preparado para meterme dentro de la boca de carga del hormigón y entonces vi cómo todo se desplomaba".

Horía contempló cómo su compañero, con el que comparte piso en Almuñécar, "estaba debajo con su hormigonera y vi como todo caía y pensé que en ese momento me iba a quedar allí", pero "gracias a Dios mi compañero bajó de la cabina sin ningún daño", pese a que la viga que se desplomó cayó al lado de la cabina del camión, según relató.

Además, en ese mismo momento vio como "un trabajador portugués estaba enganchado por un pie de la estructura boca abajo y sin moverse y pensé que estaba muerto, pero resulta que ese hombre está en el hospital ahora", destacó emocionado. A partir de entonces, pudo ver cómo al lado del camión de su compañero había dos obreros muertos "y todo el mundo empezó a aparecer por todos lados".

Preguntado sobre las medidas de seguridad, señaló que los trabajadores llevaban arneses de seguridad por lo que pudo ver y no quiso valorar si los materiales eran o no de buena calidad, señalando que todavía no entiende "lo que ha pasado ahí, porque hay otros viaductos que se construyen de la misma forma y no ha pasado nada". Por otra parte, uno de los trabajadores portugueses de la empresa Douro Montemuro, José Carlos, aseguró que todavía no han mantenido contacto con los responsables de la empresa lusa, si bien cree éstos se han dirigido en primer lugar a los familiares de las víctimas y los heridos, ya que él pertenece a un grupo de trabajadores que no estaban en la zona del accidente.

Ahora, José Carlos, junto a sus cuatro compañeros de piso que ahora se encuentran de alquiler en Almuñécar, dice que están a la espera de saber qué va a pasar en la obra y "si vamos a poder irnos a casa".

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