La variación constante del VIH impide la consecución a corto plazo de una vacuna contra la enfermedad. Así lo ha asegurado hoy el exdirector del Instituto Carlos III de Madrid y uno de los principales investigadores en SIDA del país, Rafael Nájera quien ha añadido que hasta el momento se conocen 24 formas recombinantes del virus, siete de las cuales han desarrollado desde su centro de investigación, y en el futuro la investigación se deberá dirigir en este sentido porque la única forma de abordar esta patología es conocer la naturaleza del virus y para ello hay que conocer todos los cambios que se producen en el mismo.
El actual director del Laboratorio de Retrovirus del Instituto Carlos III de Madrid, que comenzó a investigar el VIH en 1982 y ha trabajado en el desarrollo de vacuna para otras enfermedades víricas como la polio o la gripe, afirma que la consecución de una vacuna está todavía muy lejos y remarca que aunque lleva más de 20 años trabajando en este campo todavía no ha conseguido sintetizar una vacuna de distintas características a las que existen para otras patologías, ya que en enfermedades como la gripe o la polio lo que se hace es inocular el virus, algo que no está permitido hacer con el SIDA por la posibilidad que existe de que se reproduzca la enfermedad.
La pandemia del siglo XXI
En este sentido, comenta, que en los últimos años, el laboratorio de Retrovirus en colaboración con un consorcio financiado por la fundación norteamericana Bill Gates ha conseguido sintetizar una vacuna que ha fracasado en los ensayos con humanos e insiste en que hay que diseñar otro tipo de inmunidad para hacer frente a una patología que se ha convertido en la gran pandemia del siglo XXI con más de 60 millones de personas infectadas en el mundo y con más de cinco millones de casos nuevos de infección cada año.
Además de estos resultados, que el científico ha expuesto durante la clausura del curso, “Tendencias en Biomedicina” ha contado hoy con los datos de otra investigación, en este caso dirigida por profesores de la Universidad de Granada, Murcia y la Autónoma de Madrid, según la cual en la causa de enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o el infarto de Miocardio están implicados procesos víricos.
Uno de los directores del proyecto y coordinador del seminario, Antonio Osuna Carrillo de Albornoz señala que cada vez hay más datos que apuntan a que en patologías como los infartos, la hipertensión, la diabetes u en otro tipo de enfermedades degenerativas hay implicados agentes infecciosos y toxinas e insiste en que la investigación “tiene que dirigirse en esta línea, porque sólo conociendo las causas íntimas de la enfermedad se podrán diseñar estrategias de prevención y lucha”.
Predisposición genética
Según Osuna Carrillo de Albornoz, hay personas que están genéticamente predispuestas a que cuando se infecta el organismo con un virus o bacteria externa este desarrollo una determinada enfermedad. Así, por ejemplo un virus que en una persona normal sólo puede provocar una neumonía en una genéticamente predispuesta puede provocar a largo plazo patologías como el infarto de miocardio, el Parkinson o el Alzheimer. De hecho en la investigación que han desarrollado conjuntamente con la Universidad de Murcia y Madrid han comprobado como en el 80% de los casos de infarto estudiados existe la implicación de virus o bacterias.
La aparición de nuevas enfermedades infecciosas contagiadas por animales como el Síndrome Respiratorio Asiático o la gripe aviar y la reaparición de otras como la tuberculosis es otro de los aspectos que han centrado el programa de hoy. Con relación a esto, el profesor de la Universidad de Granada señala que el uso abusivo de antibióticos ha hecho que el organismo genere resistencias que promueven la reaparición de patologías que se consideraban erradicadas. Para hacer frente a esta y otras enfermedades en el futuro el científico aboga por una mayor investigación en esta línea y recalca que “aunque la ciencia crea que lo ha descubierto todo, sólo está empezando”.
El actual director del Laboratorio de Retrovirus del Instituto Carlos III de Madrid, que comenzó a investigar el VIH en 1982 y ha trabajado en el desarrollo de vacuna para otras enfermedades víricas como la polio o la gripe, afirma que la consecución de una vacuna está todavía muy lejos y remarca que aunque lleva más de 20 años trabajando en este campo todavía no ha conseguido sintetizar una vacuna de distintas características a las que existen para otras patologías, ya que en enfermedades como la gripe o la polio lo que se hace es inocular el virus, algo que no está permitido hacer con el SIDA por la posibilidad que existe de que se reproduzca la enfermedad.
La pandemia del siglo XXI
En este sentido, comenta, que en los últimos años, el laboratorio de Retrovirus en colaboración con un consorcio financiado por la fundación norteamericana Bill Gates ha conseguido sintetizar una vacuna que ha fracasado en los ensayos con humanos e insiste en que hay que diseñar otro tipo de inmunidad para hacer frente a una patología que se ha convertido en la gran pandemia del siglo XXI con más de 60 millones de personas infectadas en el mundo y con más de cinco millones de casos nuevos de infección cada año.
Además de estos resultados, que el científico ha expuesto durante la clausura del curso, “Tendencias en Biomedicina” ha contado hoy con los datos de otra investigación, en este caso dirigida por profesores de la Universidad de Granada, Murcia y la Autónoma de Madrid, según la cual en la causa de enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o el infarto de Miocardio están implicados procesos víricos.
Uno de los directores del proyecto y coordinador del seminario, Antonio Osuna Carrillo de Albornoz señala que cada vez hay más datos que apuntan a que en patologías como los infartos, la hipertensión, la diabetes u en otro tipo de enfermedades degenerativas hay implicados agentes infecciosos y toxinas e insiste en que la investigación “tiene que dirigirse en esta línea, porque sólo conociendo las causas íntimas de la enfermedad se podrán diseñar estrategias de prevención y lucha”.
Predisposición genética
Según Osuna Carrillo de Albornoz, hay personas que están genéticamente predispuestas a que cuando se infecta el organismo con un virus o bacteria externa este desarrollo una determinada enfermedad. Así, por ejemplo un virus que en una persona normal sólo puede provocar una neumonía en una genéticamente predispuesta puede provocar a largo plazo patologías como el infarto de miocardio, el Parkinson o el Alzheimer. De hecho en la investigación que han desarrollado conjuntamente con la Universidad de Murcia y Madrid han comprobado como en el 80% de los casos de infarto estudiados existe la implicación de virus o bacterias.
La aparición de nuevas enfermedades infecciosas contagiadas por animales como el Síndrome Respiratorio Asiático o la gripe aviar y la reaparición de otras como la tuberculosis es otro de los aspectos que han centrado el programa de hoy. Con relación a esto, el profesor de la Universidad de Granada señala que el uso abusivo de antibióticos ha hecho que el organismo genere resistencias que promueven la reaparición de patologías que se consideraban erradicadas. Para hacer frente a esta y otras enfermedades en el futuro el científico aboga por una mayor investigación en esta línea y recalca que “aunque la ciencia crea que lo ha descubierto todo, sólo está empezando”.
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