En pleno Parque Natural y sin ningún permiso, empezaron una obra inútil, que ya han finalizado, a pesar de las denuncias interpuestas por varias asociaciones, el SEPRONA y la Confederación Hidrográfica.
Con la excusa de defender la fauna del río Castril de especies piscícolas invasoras inexistentes, la Delegación de Medio Ambiente ha destrozado un tramo de un valiosísimo bosque de ribera dentro del Parque Natural y ha desviado el cauce del río durante las obras de construcción de un dique salmonero.
Estas obras no tenían licencia municipal cuando comenzaron, aunque se le dio a posteriori, ni autorización de Confederación Hidrográfica, que le advirtió que no podían empezar sin permiso a pesar de que ya habían acabado la obra.
Una actuación de este tipo requería que se hubiese expuesto a exposición pública, lo que no se ha hecho, por lo que la participación ciudadana no ha podido ejercer su derecho a presentar propuestas en aras de un mejor medio ambiente.
Esta actuación es una muestra más del desprecio hacia la legislación vigente que demuestran algunas administraciones que deben velar por el mantenimiento de un medio ambiente saludable.
Lo más sangrante es que este dique no sirve para la función que pretendían, ya que no impide que suban las especies exóticas, que por otra parte todavía no hay, sino que dificulta el paso de la trucha común, principalmente en periodos de freza.
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