Giorgi, un ciudadano portugués que trabajaba hoy en las obras de la Autovía del Mediterráneo donde seis personas han muerto al derrumbarse una plataforma desde 80 metros de altura, declaró hoy "desolado" que no podía decir si el suceso se debe a "un problema de seguridad, un fallo humano o de maquinaria".
En declaraciones a los periodistas, Giorgi, que no es familiar de ninguno de los fallecidos, aunque dijo conocerlos desde hace "mucho tiempo", subrayó que, en cada momento, "en la construcción hay peligro y decir que un trabajo como este es seguro en días como hoy, resulta increíble", subrayó.
El obrero forma parte del grupo de trabajadores de esta obra, en la que ya se ha confirmado la muerte de cinco compatriotas, además de un español y otros tres heridos.
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