Juan Antonio Escribano fue alcalde desde 1961 hasta 1965. Durante su mandato participó en la creación de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol e inauguró el campo de fútbol de Motril. Pero sin duda, una de las principales apuestas que hizo fue mejorar las infraestructuras que hoy en día disfrutamos; en este sentido en 1963 afirmaba “tenemos a punto de empezar un proyecto de abastecimiento de aguas que para todos será un sueño, un encauzamiento de la Rambla de la Posta, una ordenación urbana, un saneamiento parcial de la cuidad, un instituto laboral, unos grupos de viviendas y una radical mejora de la enseñanza”, mostrando su implicación con el municipio y sus ciudadanos.
José Molina Navarrete dirigió la ciudad en los años de la transición, desde 1977 hasta 1979. En este periodo manifestó que su preocupación por el paro obrero y propuso un cambio en la concepción del mercado laboral de la ciudad “la solución estaría en la industrialización derivada de la agricultura. El Ayuntamiento ha dado informes de todos los productos de la comarca que son aprovechables para las mismas”. Asimismo puso en marcha políticas sociales como la novedosa entrega de viviendas en la calle Espíritu Santo, se trató de las primeras viviendas de protección oficial
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