El primer aviso lo dio el cielo los días previos a la Navidad del pasado año cuando los negocios hosteleros de Playa de Poniente y Playa Granada, en Motril, vieron como la lluvia provocaba la inundación de sus establecimientos. Se tuvo que abrir una zanja desde la zona encharcada hasta la arena de la playa, como medida de emergencia, pero hoy regresan los fantasmas del trabajo no terminado.
Las lluvias sufridas en Motril durante los dos últimos días han convertido nuevamente a la zona más turística de Motril, Playa de Poniente y Playa Granada, en una verdadera charca en donde, como islas, se han quedado los establecimientos de la zona. La comunicación por la carretera ha sido cortada y los vecinos ven impotentes como las únicas soluciones que reciben de la administración son reproches a otras administraciones, pero ninguna solución a un problema que viene anunciando una desgracia desde hace mucho tiempo y no se hace nada por solventarlo.
Las asociaciones vecinales del Pelaíllo y Playa Granada, junto con los negocios afectados, se han reunido en sesión extraordinaria para acordar tomar cartas en el asunto y hacer, si es necesario, el trabajo que corresponde a las administraciones “no podemos dejar que nuestros negocios y nuestras casas se inunden por una lucha entre administraciones, siempre las mismas excusas que no nos valen de nada”, indican los afectados.
Los representantes vecinales han decidido contratar a un técnico que evalúe los daños ocasionados por las últimas lluvias y que analice las actuaciones realizadas en la pasada Navidad, con objeto de estudiar la mejor manera de defender sus intereses ante esta dejadez que convierte a la zona denominada Pelaillo-Playa Granada en una verdadera Venecia, por las inundaciones, cada vez que llueve un poco más de lo acostumbrado.
Las asociaciones vecinales de la zona, Pelaillo y Playa de Granada, ya se han puesto en contacto con otras organizaciones vecinales, empresariales y sectoriales de Motril para hacer un frente común con el objetivo de solucionar un problema que está latente y que va a continuar hasta que no se ponga una solución definitiva que deben abordar las distintas administraciones pero que por motivos incomprensibles nunca se ejecutan, dejando siempre “para mañana” la solución a un problema que se ha convertido en una “condena de cadena perpetua” para los vecinos y negocios de la playa de Motril.
“Tanto el Ayuntamiento como Costas, y demás administraciones responsables, tendrán que colaborar para poner fin a este desastre, pero no vamos a permitir que nuestras casas, nuestros negocios, se vengan abajo por luchas entre ellas. Todos cobran sus impuestos y nadie aporta soluciones”, expresan indignados los miembros de las asociaciones de la zona afectada.
Se ha constituido una plataforma de afectados que está centralizando sus actuaciones desde el conocido restaurante Katena, en el Pelaillo, que en la pasada navidad ya sufrió su primera gran inundación.
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