19/7/10

La Universidad de Granada imparte un curso de verano sobre arquitectura en la Autoridad Portuaria

En este curso de verano, ‘Paisajes Futuros: Experiencias y acción’, la costa tropical, Motril, y es mucho más que una sede. Su potencial económico y la calidad ambiental, de la que aún puede hacer gala, lo hacen el caldo de cultivo excelente para testar una escala de la arquitectura que se hace con el territorio, físico y humano, y por tanto con valores que le son propios. Los deseos del hombre contemporáneo, como material invisible, los elementos que eran propios de la naturaleza y los que creíamos exclusivos de la arquitectura, están invitados a crear híbridos que hagan posible un nuevo equilibrio en los ecosistemas que el hombre ha reestructurado con un papel menos narcisista. Cuestiones que podrán singularizarse en este curso-taller a través de las reflexiones en torno a distintas áreas de oportunidad localizadas en este ámbito.
Para estimular y avivar esta investigación personal, Recetas Urbanas, Grupo Aranea, Amid.Cero9, Teresa Galí, M.Auxiliadora Gálvez y Javier Arpa, compartirán sus experiencias como muestra de estrategias de trabajo comprometidas con estos procesos de creación arquitectónica.
Nos acercaremos a propuestas de trabajo más concretas sobre el litoral mediterráneo, andaluz con la visión de algunos proyectos urbanos en el litoral, desde la enseñanza del urbanismo en la ETSA de Granada con la participación de Rafael Reinoso, Juan Luís Rivas y David Cabrera. O a través de Damián Quero, desde su dilatada experiencia profesional en la configuración de la costa oriental andaluza y de Jesús Torres con su trabajo en la costa almeriense.
Elías Torres Tur y José Luís Gómez Ordóñez, se encargarán de cerrar estas intensas mañanas. Deshilarán las cuestiones particulares, que nos van a ocupar esos días, para invitarnos a un diálogo entre ambos cuya dialéctica versara sobre la arquitectura como invención privada y necesidad pública.
Lo que todos ellos nos transmitan, seguro establece en cada uno de los alumnos posibles relaciones con el tema de trabajo planteado para el taller, que podremos debatir en una hora de coloquio al final de la mañana. Conversaciones que disfrutemos, que nos entusiasmen, que se alarguen hasta que veamos ponerse el sol en Playa Granada, o hasta que despierte por Torrenueva!. En estos intercambios de ideas, los grupos de trabajo estarán acompañados por los profesores del departamento de urbanística - Rafael Reinoso, David Cabrera y Juan Luís Rivas-, por DJarquitectura, Grupo Aranea, MYRA arquitectos y Alberto Martínez, que aportará su experiencia personal avalada por su trabajo como arquitecto del ayuntamiento de Motril y por tanto buen conocedor de los temas de trabajo propuestos.

Una oportunidad para pasar a la acción, un “estudio de campaña” trabajando cerca de cada emplazamiento, como manifiesto. Un taller ágil, dónde se potencie el intercambio de ideas, por eso se minimiza el tiempo invertido en la producción de material gráfico y se planea elaborar una sola imagen como síntesis.
Una semana tropical durante la que seremos viajeros explorando este territorio, nuevos románticos en busca de esa postal que muestre nuestra mirada hacia paisajes futuros.


Acerca de la costa tropical:

La costa tropical se presenta ante el futuro con muchas fortalezas sobre las que basar su desarrollo. Su potencial económico, en la aportación de materias primas del mar y el campo, las relaciones comerciales del puerto beneficiadas por las recientes infraestructuras de comunicación, redes que lo hacen más accesible, que lo aproximan a las tres áreas metropolitanas, Almería, Granada, Málaga. Y el turismo, que pese a la crisis global, económica y social de finales de esta primera década que ha frenado, casi paralizado, la vertiginosa ocupación del territorio de la costa de Motril como consecuencia de un acelerado desarrollo turístico tardío, sigue despuntando como uno de los factores productivos más importantes que no debe interrumpirse.
Sin duda esta evolución supone la superposición en la explotación de unos recursos sobre otra que conlleva sin duda pérdidas, pero a lo largo de la historia, ésta región ha sabido ceder el testigo sin violentar su idiosincrasia. El cultivo masivo de la caña se implantó sobre las leguminosas y las hortalizas a la vez que aumentaba el número de ingenios y el puerto construía su primera dársena. Quizá en aquellos momentos esta superposición también modifico de manera drástica las condiciones de su entorno, quizá se trate de una cuestión de tiempo. Acontecimientos que hoy son de rabiosa actualidad pasarán a ser una reseña de la historia contada a finales de este siglo. Aún al amparo de esta teoría, el crecimiento de este territorio en un paisaje sin contigüidad no se justifica si atendemos a un compromiso con nuestra contemporaneidad. Desde esta mirada debemos plantearnos cual va a ser el destino de este territorio; sin duda, el buen rumbo debe ir marcado por un crecimiento que sepa preservar y potenciar su calidad ambiental como valor que lo define e identifica.

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