“El
tejido empresarial granadino ha hecho suyo el lema de que invertir en seguridad
laboral es invertir en el bienestar de sus trabajadores y de su empresa”. Con
estas palabras ha valorado el delegado territorial de Economía, José Antonio
Aparicio, las últimas cifras proporcionadas por pequeñas empresas y autónomos de
la provincia, que prevén invertir el próximo curso más de 7,6 millones de euros
en medidas de mejora de las condiciones de seguridad y salud laboral en sus
centros de trabajo.
Según
ha informado el delegado, un total de 532 empresas de Granada han concurrido a
la convocatoria de la nueva línea de incentivos de la Consejería de Economía en
materia de prevención de riesgos laborales. “Las solicitudes de nuestra
provincia duplican a las de cualquier otra andaluza, lo que demuestra que en
Granada hay una conciencia real sobre los beneficios que, a todos los niveles,
reporta invertir en seguridad laboral”. Tal es así, que una de cada tres
solicitudes de ayudas recibidas por la Consejería proceden de Granada (532), a
la que le siguen de lejos Málaga (268) y Sevilla (262). En total, las pymes y
autónomos granadinos prevén invertir 7.603.289,13 euros en diferentes medidas,
para lo que han solicitado unas ayudas que en su conjunto alcanzan los
5.052.089 euros.
La
nueva línea de incentivos, que incluye tanto los proyectos de mejora como la
compra o renovación de equipos de seguridad laboral, cubre el 75% de la
inversión. Se trata de una de las principales novedades de esta nueva
convocatoria, pues la cobertura de las anteriores alcanzaba sólo hasta el 50%
de la inversión de los proyectos empresariales en materia de prevención de
riesgos. La cuantía de las subvenciones oscila entre los 1.500 euros y los
18.000 euros en incentivos.
Agentes
cancerígenos
El
delegado de Economía ha recordado que la nueva orden también incorpora como
novedad la prioridad de aquellas solicitudes presentadas para proyectos de
mejora de la protección en los casos de exposición a sílice (empresas de
transformado del cuarzo); agentes cancerígenos, mutágenos y teratógenos
(malformaciones); para el control del ruido en la industria de la madera o para
implantar dispositivos de prevención del vuelco de maquinaria.
Igualmente,
son considerados prioritarios los proyectos de ergonomía participativa
(estrategias para prevenir los trastornos musculuoesqueléticos por las cargas
físicas en los centros de trabajo) o de mejora de la ergonomía en la industria
agroalimentaria.
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