En los últimos años el respeto por el Medio Ambiente y el cuidado de la salud a través del consumo de alimentos sanos han impulsado el desarrollo de la agricultura conocida como ecológica. Cada vez son más los países europeos que se han subido al carro del cultivo agrícola sin productos químicos y mediante técnicas que favorecen la conservación del entorno. España forma parte de ese grupo de países, como uno de los mayores productores y exportadores, sin embargo en consumo, el país se sitúa muy por debajo de la media, gastando cada español al año tan solo 2.5 0 euros en su compra frente a los 50 euros de otros europeos. Estos son algunos de los datos que el investigador del Centro de Investigación y Formación Agraria (CIFA), Javier Calatrava ha expuesto hoy en “La agricultura del futro: tendencias y expectativas”, un curso organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, que se celebra en Almuñécar hasta el próximo viernes.
En el caso de las provincias estas cifras se repiten, de tal modo que, aunque Granada ocupa el tercer puesto andaluz en producción ecológica, es una de las ciudades en las que existe menor consumo de este tipo de productos. Pese a los datos, Calatrava asegura que en los últimos años ha evolucionado el mercado y que poco a poco el país se va subiendo al carro europeo, que podrá alcanzar definitivamente cuando incremente el 0.16% que invierte en productos ecológicos del total de la cesta de la compra a un 1%, la media de otros países.
Para el investigador del CIFA, el desconocimiento, la accesibilidad al mercado y la diferencia de precio respecto a los productos convencionales, en torno al 25 o el 30 % más caros, son algunos de los factores que están influyendo en el bajo consumo. También añade que aunque algunas instituciones, como la Junta de Andalucía, han puesto proyectos en marcha para promocionar estos productos todavía no se han realizado campañas lo suficientemente buenas para concienciar a la sociedad de las bonanzas de lo ecológico.
Para el investigador del CIFA, el desconocimiento, la accesibilidad al mercado y la diferencia de precio respecto a los productos convencionales, en torno al 25 o el 30 % más caros, son algunos de los factores que están influyendo en el bajo consumo. También añade que aunque algunas instituciones, como la Junta de Andalucía, han puesto proyectos en marcha para promocionar estos productos todavía no se han realizado campañas lo suficientemente buenas para concienciar a la sociedad de las bonanzas de lo ecológico.
La diferencia de calidad, su durabilidad y sus beneficiosos efectos sobre la salud y el Medio Ambiente son razones suficientes, según el científico granadino, para que los productos ecológicos estén cada vez más en la mesa de todo el mundo. En cuanto al precio reconoce que en las grandes superficies comerciales adquieren en ocasiones precios demasiados elevados y recomienda las asociaciones de agricultores ecológicos como lugares en los que se puede acceder a estos productos a un precio asequible.
En cuanto a la posibilidad de que la agricultura convencional evolucione en un futuro hacia lo ecológico, el investigador comenta que “es muy difícil que a corto, medio o largo plazo el sistema agrícola abandone el uso de productos químicos pero lo que sí está consiguiendo es que los agricultores utilicen cada vez más técnicas que favorezcan la conservación del Medio Ambiente”.
En este sentido, Calatrava recuerda que una de las razones por la que esta situación está cada vez más implantada en el sistema agrícola español “es el hecho de que la Unión Europea concede mayores subvenciones si se promueve la conservación del entorno”.
Además de la agricultura ecológica, esta tarde tendrá lugar en el Teatro Calderón de Motril una mesa redonda en la que el alcalde de la localidad, Pedro Álvarez, Miguel del Pino de la Cooperativa La Palma, Javier Calatrava, del CIFA, Fernando Pliego, profesor de la Universidad de Málaga y Vanesa Martos y Luis F. García del Moral de la Universidad de Granada hablarán del futuro de la agricultura.
En el curso, que se clausura el próximo viernes en Motril, también se ha tratado a lo largo de la semana la creciente limitación del agua como recurso agrícola; el deterioro del Medio Ambiente como consecuencia de las malas prácticas agronómicas y del consumo de combustibles; el abandono de las zonas rurales y el crecimiento desmedido de las ciudades; la pérdida de biodiversidad a causa de la proliferación del monocultivo; la desertificación y la erosión como consecuencia del cambio climático o la falta de la estabilidad de precios y de producciones en el comercio internacional.
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