19/1/06

Se crea un módulo de Química Verde, desde un proyecto de innovación docente de la UGR

La Química Verde o Química de bajo impacto ambiental se ocupa del diseño de productos y procesos químicos que reducen o eliminan el uso y producción de sustancias peligrosas
El proyecto, coordinado por Francisco García Calvo-Flores, aspira a adentrar a los alumnos en los principios y metodologías postulados por la Química Verde, mediante la creación de un módulo de Química Verde en los laboratorios de prácticas del Departamento de Química Orgánica


Acercar a los alumnos a los principios y metodologías postulados por la Química Verde mediante la creación de un módulo de Química Verde en los laboratorios de prácticas del Departamento de Química Orgánica es uno de los objetivos del proyecto de innovación docente que con el título “Creación de un módulo de Química Verde en los laboratorios docentes del Departamento de Química Orgánica” coordina el profesor Francisco García Calvo-Flores, del departamento de Química Orgánica de la Universidad de Granada.
Está particularmente dirigido a los alumnos de la Licenciatura en Química que cursen las asignaturas troncales de Experimentación en Síntesis Orgánica (2º curso) y Experimentación en Química Orgánica (4º curso) y, entre otros aspectos, pretende preparar un número de prácticas con procedimientos y metodologías respetuosas con el medio ambiente o “prácticas verdes” que se incorporen a los programas de prácticas actuales en donde predominen el uso de reactivos de baja toxicidad que permiten realizar la misma función que los convencionales; catalizadores que minimizan el empleo de reactivos; agua como disolvente frente al uso de disolventes orgánicos mucho más contaminantes, etc.
El proyecto, en el que con el coordinador, Francisco García Calvo-Flores, participan los profesores José A. Dobado Jiménez, Andrés Parra Sánchez, Joaquín Isac García, Dolores Portal Olea y Fernando Hernández Mateo, posibilita un mayor número de prácticas y un aumento del repertorio de experimentos con un mismo presupuesto y, según los responsables, entre otras ventajas, “permite realizar experimentos que implican la utilización de reactivos más costosos; mejora la seguridad en el laboratorio reduciendo la exposición a sustancias potencialmente tóxicas y los riesgos de explosión y/o incendio; reduce de forma significativa la cantidad de reactivos usados y consecuentemente disminuye los residuos generados y los costos almacenamiento, transporte y tratamiento de los mismos; supone menores tiempos de reacción, por lo que se puede dedicar más tiempo al comentario y análisis de los resultados; mejora el aprovechamiento de los laboratorios, permite el desarrollo de nuevas técnicas de manipulación y requiere un menor espacio de almacenamiento de reactivos y materiales”.


Doce principios
La Química Verde, o Química de bajo impacto ambiental, se ocupa del diseño de productos y procesos químicos que reducen o eliminan el uso y producción de sustancias peligrosas. El diseño de productos y procesos medioambientalmente benignos debe guiarse, según los promotores de este proyecto de innovación docente de la Universidad de Granada, por los 12 principios de la Química Verde:
1) Prevención: es preferible evitar la producción de un residuo que tratar de limpiarlo una vez que se haya formado.
2) Economía atómica: los métodos de síntesis deben de diseñarse de manera que incorporen al máximo, en el producto final, todos los materiales usados durante el proceso, minimizando la formación de subproductos.
3) Usar metodologías que generen productos con toxicidad reducida: siempre que sea posible, los métodos de síntesis deben utilizar y generar sustancias que tengan poca o ninguna toxicidad, tanto para el hombre como para el medio ambiente.
4) Generar productos eficaces pero no tóxicos: los productos químicos deberán de mantener la eficacia, a la vez que reducir su toxicidad.
5) Reducir el uso de sustancias auxiliares: se evitará, en lo posible, el uso de sustancias que no sean imprescindibles (disolventes, reactivos para llevar a cabo separaciones, etc.) y en el caso de que se utilicen que sean lo más inocuos posible.
6) Disminuir el consumo energético: los requerimientos energéticos serán catalogados por su impacto medioambiental y económico, reduciéndose todo lo posible. Se intentará llevar a cabo los métodos de síntesis a temperatura y presión ambientes.
7) Utilizar materias primas renovables: la materia prima ha de ser preferiblemente renovable en vez de agotable, siempre que sea técnica y económicamente viable.
8) Evitar derivados innecesarios: se evitará en lo posible la formación de derivados (grupos de bloqueo, de protección/desprotección, modificación temporal de procesos físicos/químicos).
9) Potenciar la catálisis: se emplearán catalizadores (lo más selectivos posible), preferentemente reutilizables, en lugar de reactivos estequiométricos.
10) Generar productos biodegradables: los productos químicos se diseñarán de tal manera que al finalizar su función no persistan en el medio ambiento sino que se transformen en productos de degradación inocuos.
11) Desarrollar metodologías analíticas para la monitorización en tiempo real de los procesos: las metodologías analíticas serán desarrolladas posteriormente para permitir una monitorización y control en tiempo real del proceso, previo a la formación de sustancias peligrosas
12) Minimizar el potencial de accidentes químicos: se elegirán las sustancias empleadas en los procesos químicos de forma que se minimice el riesgo de accidentes químicos, incluidas las emanaciones, explosiones e incendios.

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