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menores han sido asesinados por sus padres o parejas de sus madres en
los últimos cinco años víctimas de
la violencia machista. El último
el de Alzira una niña de dos años, degollada por su padre mientras su madre iba
a comisaria. Otros 185 han visto (en muchos casos, presenciado en directo) cómo
su propio padre o el novio de su madre
le quitaba la vida. El último de ellos el de Elda, donde Jessica de 28
años, fue tiroteada por el padre de su
hijo, delante de este y del resto del alumnado, mientras salían del colegio, en
la misma puerta. Asesinato que podía haber sido evitado si el sistema no
hubiera fallado.
Datos que esconden el
horror y el profundo dolor provocado tras esas acciones, vidas truncadas y
marcadas por la violencia machista.
Cada uno de estos
asesinatos, demuestran los fallos del sistema.
Basta ya de violencia de
género, nos queremos vivas y libres.
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